Mank. Dir. David Fincher
Con este texto inicia la cinta de David Fincher que se centra en el colaborador elegido por Welles para escribir su guión para Ciudadano Kane, Herman J. Mankewieckz.
“En 1940, a la tierna edad de 24, Orson Welles fue atraído a Hollywood, por una RKO pictures en apuros, que le ofreció un contrato a la medida de su formidable talento narrativo. Tendría autonomía creativa absoluta, sin supervisión, y podría hacer cualquier película, sobre cualquier tema, con cualquier colaborador que deseara…”
Con este texto inicia la cinta de David Fincher que se centra en el colaborador elegido por Welles para escribir su guión para Ciudadano Kane, Herman J. Mankewieckz.
Como tantos otros directores, el trabajo de Fincher, y de su padre, Jack Fincher (guionista de la cinta) es un revisionismo de la historia oficial en favor del titular Mank. Básicamente acreditándolo como el autor único del guión de Kane.
Esta tarea ya la había intentando la crítica Pauline Kael con su ensayo “Rasing Kane” publicado en 1971, por lo cual fue duramente atacada y específicamente contrarrestada por Peter Bogdanovich quien escribió un artículo defendiendo la autoría de Welles y revelando la mala práctica en la investigación de Kael.
Todo esto revela que lo presentado en Mank debemos tomarlo puramente como entretenimiento y no como un recuento biográfico de los hechos (para eso están el documental La batalla por Ciudadano Kane y la película RKO 281, basada en el mismo).
¿Logra Fincher su cometido como entretenimiento? Imitando la estructura episódica y la narrativa a base de flashbacks constantes de Ciudadano Kane, lo primero que muestra es que, como los ejecutivos que le piden a Mank simplificar la narrativa para las masas, los directivos de Netflix le exigieron a Fincher explicar sus constantes cambios temporales y éste lo hizo a través de títulos a modo de indicaciones de guión.
Al parecer en 1940 Welles respetaba más la inteligencia de su público que lo se respeta o espera del público actual, “ocupado” viendo su celular mientras corre una película de fondo.
Por más que Fincher intenta utilizar el lenguaje de Welles a manera de homenaje, incluso recreando tomas y secuencias integras (una botella cae de la mano de Mank como el globo de nieve de Kane), no logra del todo presentar algo que, en lo más mínimo, alcance la altura de lo logrado por Welles. Y es que eso, es una labor imposible. Welles en 1940 estaba adelantado a su época por más de cuarenta años, y ahí se centra el valor de Ciudadano Kane, en un nivel de innovación nunca antes visto en el cine, hasta ese momento. Para lograrlo se requería, no sólo a un genio, como Welles, sino a alguien que no conociera las reglas del cine, y romperlas, como Welles.
Otro error de Fincher es el haber optado por la comedia, la cual definitivamente no es su fuerte, y los Coen ya hicieron mucho mejores recuentos cómicos del Hollywood de los cuarenta, de lo que él pudiera aspirar (Barton Fink, Hail, Caesar!). Pero Fincher no optó únicamente por la comedia, sino por hacer referencia a una cinta en específico, la cual no sólo es el más grande homenaje a Welles, sino una obra maestra en sí misma, Ed Wood de Tim Burton.
Tim Burton en 1994 creó la mejor película de su carrera y lo hizo con una revisión histórica de la vida del llamado “peor director de la historia”, pero sobretodo inspirándose en la obra de Orson Welles, lo cual es evidente en cada fotograma de Ed Wood. Burton, con ayuda de Scott Alexander y Larry Karaszewski (guionistas) hizo una especie de antítesis de Kane que celebra a Welles más que al titular Ed Wood. Con Kane, Welles destruyó a un personaje monumental (William Randolph Hearst), mientras que con Ed Wood, Tim Burton engrandeció al máyor de los perdedores, un alcohólico, travesti, cuyo mayor logro fue ser reconocido como el peor director que ha existido.
Fincher, inesperadamente hace referencia a la cinta de Burton en varias formas, pero la más obvia es el sujeto, un guionista alcohólico. Y para hacer hincapié, a su versión de Mank, quien era más bien calvo, le brinda exactamente la misma melena de Ed Wood. Sin embargo estos detalles no son suficientes y para lograr lo que buscaba, Fincher quizá debió haber contratado a Alexander y Karaszewski como escritores.
Técnicamente, Fincher comete otros pecadillos, como registrar en digital y agregar grano artificial, así como marcas de cambio de rollo constantes, para crear la ilusión de película.
No todo es malo, la subtrama política sobre las elecciones para gobernador de California de 1934 es una referencia directa al estado político actual de Estados Unidos, mismo que permitió a Trump llegar a la Casa Blanca, estableciendo que hace ochenta y cuatro años se usaron exactamente las mismas técnicas de propaganda y manipulación de medios que se usan en la actualidad.
“- ¿No crees que alguien en edad de votar creerá estas mentiras?” Sólo los que creen que la Tierra es plana y que el Covid es mentira...
*El autor es editor y escritor en Sadhaka Studio
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí