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Los retos de la Educación Superior para las Universidades en los años venideros

Las Universidades Públicas y Privadas como Instituciones de Educación Superior (IES) se enfrentan a fuertes desafíos y dependerá de que tanta “Institución” y “gobernanza institucional” exista en ellas.

Las Universidades Públicas y Privadas como Instituciones de Educación Superior (IES) se enfrentan a fuertes desafíos y dependerá de que tanta “Institución” y “gobernanza institucional” exista en ellas, como determinante para ver si son capaces de convertir los retos en oportunidades, si sobrevivirán manejando inercias o tenderán a languidecer perdiendo importancia en la sociedad.

Las IES ya fueron puestas a prueba durante la pandemia por COVID-19, si bien todas enfrentaron grandes desafíos para adaptarse, la velocidad fue muy distinta en cada una de ellas. Algunas aprendieron a ser más flexibles pasando de organizaciones anquilosadas a organizaciones versátiles para tratar de no dejar atrás a estudiantes que se cuestionaban si valía la pena continuar o simplemente esperar a que todo pasara pensando que la pandemia duraría 6 meses o un año a lo más.

En nuestra agitada vida moderna, a menudo nos encontramos atrapados en un remolino de preocupaciones por el pasado o ansiedades sobre el futuro. El presente es un regalo. Es el único momento que tenemos, el único momento en el que podemos vivir. Ese instante, que algunos consideran simplemente ordinario, es, en realidad, un regalo extraordinario que merece nuestra atención y gratitud. Sin embargo, a menudo nos olvidamos de disfrutarlo, y nos dejamos arrastrar por los pensamientos y preocupaciones sobre el futuro.

Aunado al shock de corto o mediano plazo provocado por la pandemia se suman las tendencias de largo plazo que siguen acelerando la velocidad año con año. Estas tendencias están poniendo presión a las IES para que se adapten y sigan flexibilizándose: cambio demográfico, el ascenso de una economía basada en el conocimiento, y el avance de la tecnología digital. Destacando en este 2023 que termina, la tecnología de inteligencia artificial (IA), que si bien ha estado presente desde hace muchos años fue hasta este 2023 que hubo avances y aplicaciones significativas que están cambiando la forma en la que nos relacionamos, aprendemos y hacemos negocios. Y no sólo es la inteligencia artificial, sino que ésta se potencia al combinarse con otras tecnologías.

Las 5 tendencias tecnológicas para 2024 son: Inteligencia Artificial (obvio); Computación Cuántica; Robótica (China es el país que más está invirtiendo en sustituir trabajadores por robots en sus plantas); Blockchain (sí, seguirá a pesar de la especulación con las criptomonedas por sus aplicaciones en los procesos productivos, logísticos y de aprendizaje); y experiencias Inmersivas como la realidad virtual o aumentada por mencionar algunos ejemplos con aplicaciones en entretenimiento, educación, entrenamiento y más.

¿Qué tan preparados se encuentran los docentes en las IES para entender, enseñar y aplicar estas tecnologías? Muy poco, esta desde el docente que simplemente ignora que existen dichas tecnologías y cuyos alumnos pueden entregarle sus tareas realizadas por ChatGPT y donde el alumno no entiende la actividad que realizó, ni se tomó el tiempo de leer, mucho menos de comprender, hasta el docente que les prohíbe a los alumnos apoyarse en dichas tecnologías dejándolos en desventaja ante aquellos alumnos que si las utilizan para potenciar sus procesos de aprendizaje.

Desde luego que no es necesario que todos seamos expertos en el uso y aplicación de estas tecnologías emergentes, pero si es necesario tener un conocimiento introductorio y de aplicaciones incipientes que apoyen a que la educación superior se mueva a estadios de mayor flexibilidad. La clave es la flexibilidad, si una institución u organización vuelve a los esquemas de enseñanza-aprendizaje pre-pandemia con currículo y horarios rígidos tanto para docentes como para alumnos, no entendió absolutamente nada. No sólo está condenada a perder relevancia, merece desaparecer.

Las tendencias mencionadas: cambio demográfico, sociedad de conocimiento y nuevas tecnologías digitales provocan que los alumnos exijan una educación más pertinente con los nuevos tiempos de rápidos cambios y adaptación, de ahí el éxito de organizaciones flexibles que se mueven hacia la micro credencialización, en donde los alumnos pueden construir y capitalizar su educación y aprendizaje a partir de lo que van censando en el mundo laboral.

Recapitulando, la ventaja competitiva de las universidades será “flexibilidad” y “adaptación”. Si las Universidades e IES siguen tardando más de cuatro o cinco años en actualizar sus planes de estudio, o de ofrecer una nueva oferta educativa (nueva licenciatura, ingeniería, programa de posgrado), no han entendido, o más bien dicho, no se han adaptado al mundo que les rodea.

Mencionamos al principio que la palabra clave es “Institución”, cuando hay una institución sólida y una gobernanza institucional, es más fácil que se formen grupos de estudio especializados, meritocráticos y democráticos, que se pongan de acuerdo en qué es lo mejor para sus alumnos y que propongan políticas conducentes a enfrentar de mejor forma los desafíos.

Tenemos en nuestras manos una responsabilidad enorme, los sueños de miles o millones de jóvenes que siguen dando un voto de confianza a la educación superior. Habrá universidades que sean capaces de convertir los retos en oportunidades, pero la gran mayoría si no reconocen los desafíos y nuevas realidades, seguirán languideciendo y administrando inercias. *- El autor es Profesor Investigador de la UABC y presidente del Colegio de Economistas de Baja California.

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