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Los imperios del pasado y futuro

En mi vuelo de regreso a Tijuana hice una escala en Londres, Reino Unido.

En mi vuelo de regreso a Tijuana hice una escala en Londres, Reino Unido. Por un momento me sentí en un episodio distópico de Black Mirror. Televisores anunciando medidas adicionales por la nueva variante del coronavirus y la salida de la Unión Europea el 1 de enero de 2021, noticieros pregonando una posible escasez de alimentos y medicamentos, negocios cerrados en los aeropuertos, implementación de protocolos sanitarios. Un ambiente tétrico salido de una película de ciencia ficción.

Reino Unido ha sido uno de los países europeos más afectados por la pandemia. Ni su sofisticado National Health Service que ofrece atención médica pública universal ha sido suficiente para contener la propagación del coronavirus y su nueva contagiosa variante. Al 22 de diciembre se registraron 36,803 nuevos casos (cifra registrada más alta) y 68,307 muertes.

Todo esto en un contexto en el que los británicos están a punto de dar un salto al vacío con su salida de la Unión Europea. Salir de la Unión Europea implica retirarse de la zona libre de migración, comercio y aduanas que existe entre sus 27 miembros. Todo en un momento donde la humanidad requiere que las cadenas globales de suministro estén funcionando a su máxima capacidad para la distribución de las vacunas.

Reino Unido fue quizá el país más poderoso durante el siglo XIX hasta fines de la Primera Guerra Mundial. Pioneros en el derecho, democracia, comercio, ciencia, tecnología, teatro, literatura. No hay una disciplina en la que los británicos no hayan sobresalido en los últimos siglos. No obstante, estos últimos años han sido especialmente difíciles dada su decisión del Brexit y la eventual crisis política y social que le siguió. Decir que la gran nación británica está en declive sería algo exagerado, pero sin duda están entrando a una especie de otoño en su existencia.

El caso de Reino Unido no es único en occidente, los mismos males que laceran a los británicos están presentes en todo Europa. El denominador común es que forman parte de una región del mundo que vive de su glorioso pasado y ahora cae en la irrelevancia geopolítica frente a potencias como Estados Unidos, China e India. Si bien Europa sigue teniendo influencia en el teatro global, ya no están a la vanguardia y su poder de “leverage” se va reduciendo. Europa unida es relevante en el mundo, Europa dividida no lo es. Reino Unido ha decidido darle una estocada al proyecto europeo, quizá no se recuperen.

Mientras occidente se canibaliza, China hace sentir su influencia en el resto del mundo. 2020 fue un año exitoso para la nación china. Domaron al coronavirus, crecieron un 2.1%, prosiguen con el Belt and Road Initiative. Son un imperio global emergente con harta ambición. Mi corta parada en Reino Unido me puso a pensar como habrá sido su ascenso al dominio mundial hace algunos siglos. Al igual que España y Francia, tuvieron su momento de gloria. Si bien Estados Unidos sigue dominando, son un imperio en etapa adulta retado por China. En cambio,

Reino Unido es un imperio en la vejez que, en vez de usar su experiencia y sabiduría para mejorar el mundo, prefirió morir en la irrelevancia.

*El autor es abogado y estudiante de maestría en administración y políticas públicas.

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