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Lo implícito

Existe una seria división en el cabildo tecatense que, hasta ahora, no ha llegado a limites irreversibles pero que puede escalar hasta allí.

Por el derecho a la libertad de expresión

Existe una seria división en el cabildo tecatense que, hasta ahora, no ha llegado a limites irreversibles pero que puede escalar hasta allí. Existen una serie de dimes y diretes entre ellos, que desvía los esfuerzos adherentes hacia la confrontación, en lugar de orientarlos hacia el trabajo de conjunto. Son dos fuerzas confrontándose entre sí y que están conformadas por integrantes clave del ayuntamiento. En un lado se encuentra el Presidente Municipal y una parte de los regidores y por la otra, la Síndico Procurador y al menos tres regidores. Por el momento, no es necesario detallar quienes son con nombres y apellidos, sino establecer cuáles serían las consecuencias de no lograr un entendimiento entre ellos.

Primeramente, debemos entender que nuestra ciudad ha estado en manos de gobernantes municipales que no se atrevieron a dar pasos vigorosos de beneficio colectivo. Tampoco se tomaron medidas de beneficio general, atacando los principales problemas que tenemos. La tradición ha sido que quienes llegaban continuaban con la dinámica, reforzando lo que estuviera mal al no dar una alternativa diferente para la solución de problemas municipales. En este ayuntamiento se inició con un programa de recuperación de ingresos por concepto del pago del predial, enfocándose en los grandes deudores. Esta medida ha sido aplaudida por diversos sectores de la población, pero, además, por la mayoría de los integrantes del cabildo.

Los tecatenses nos hemos dado cuenta de que, en las redes sociales, ambos grupos se lanzan acusaciones o golpes directos, sobre asuntos irrelevantes pero que nos dejan en la incertidumbre respecto a que las acciones divisivas no estén llegando más lejos. En otras palabras, que los golpes verdaderos tengan repercusiones más profundas y se pierda la oportunidad de que, conjuntamente, ambos grupos en discordia trabajen en beneficio de Tecate.

Nuestra ciudad como la gran mayoría de las ciudades del país, está marcada por la violencia, la delincuencia y el valemadrismo de funcionarios corruptos. Tenemos dos expresidentes municipales con demandas formales por peculado y otros delitos, y una exalcaldesa enriquecida inexplicablemente, con una sospechosa fortuna después de haber nacido y crecido en un hogar proletario. Tenemos una ciudad con una profunda escasez de servicios urbanos correctos, así como una pésima urbanización que además de darle una faz horrible, le provee a la población de enfermedades respiratorias por la contaminación que provocan las calles intransitables y llenas de hoyancos.

La verdad es que tanto la Presidencia

Municipal como la Sindicatura están echándole gasolina al fuego, incrementando las flamas que se pueden convertir en incendio incontrolable. Ambas dependencias están dirigidas por personas inteligentes, que mucho pueden lograr en conjunto, si trabajan en equipo en beneficio de nuestra ciudad. Pero también pueden contribuir en conjunto para incrementar la anarquía y el valemadrismo que ha caracterizado a las anteriores administraciones municipales. Mientras se pelean, están dejando de lado las promesas que hicieron durante sus respectivas campañas, pero también, durante sus actividades históricamente desarrolladas antes de llegar a sus respectivas dependencias. Las actitudes proactivas benefician más a las partes en conflicto y a sus gobernados, que a pequeños grupúsculos de poder intentando convertirse en opciones futuras de gobierno. Al final de cuentas, la lucha por el próximo ayuntamiento comienza el día de la toma de posesión del actual. ¿Es este el fondo de esta pelea? Vale.

* El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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