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Las luces de siempre

Las luces son más visibles de noche. Espero que Usted, ecológico lector esté de acuerdo conmigo al menos hasta este punto.

Las luces son más visibles de noche. Espero que Usted, ecológico lector esté de acuerdo conmigo al menos hasta este punto. La fuente de luz sea cual fuere, quizá nos pase inadvertida de día, debido a la fuerza de la luz solar. Pero debemos admitir que pudiesen ser un fenómeno de las 24 horas. Hay de luces a luces, aquellas de las que sabemos cuál es su fuente y las que no. Y son estas últimas las que nos hacen especular sobre su origen, lo cual es perfectamente normal en la conducta humana que siempre busca una explicación, si no científica, cuando menos lógica del fenómeno.

Resulta que ayer se cumplieron 527 años del llamado descubrimiento de América por el célebre Cristóbal Colón, bueno, más bien por Juan Rodríguez Bermejo, mejor conocido como Rodrigo de Triana, quien fue el marinero que gritó ¡TIERRA!, el 12 de octubre de 1492. Pero de regreso al tema lumínico, en el histórico viaje en busca de Las Indias, las tres famosas carabelas tuvieron un encuentro inesperado e inexplicable con luces la noche del 15 de septiembre, 27 días antes del histórico descubrimiento. La bitácora de navegación dejó asentada esta vivencia: “Navegó aquel día con su noche 27 leguas su camino al Oeste y algunas más. Y en esta noche al principio, vieron caer del cielo un maravilloso ramo de fuego en la mar, lejos de ellos 4 ó 5 leguas” Los exploradores ni siquiera intentaron dar alguna explicación del caso.

Pero regresemos a la histórica fecha para rematar sobre el fenómeno. La noche del 11 de octubre de 1492, víspera del descubrimiento, el propio Colón y varios subordinados fueron testigos del avistamiento de una luz más en medio del Océano Atlántico. Cito el fragmento de la bitácora de navegación: “Andarían dos millas cada hora, y hasta dos horas después de medianoche andarían 90 millas, que son 22 leguas y media. Puesto que el almirante a las 10 de la noche, estando en el castillo de popa, vio lumbre, aunque, como fue cosa tan cerrada, que no quiso afirmar que fuese tierra. Después que el almirante lo dijo, se vio una vez o dos, y era como una candelilla de cera que se alzaba y levantaba, lo cual a pocos pareciera ser indicio de tierra, pero el almirante tuvo por cierto estar junto a la tierra”.

Historiadores han calculado que este avistamiento fue a 80 kilómetros y ninguna hoguera costera puede verse a esa distancia debido a la redondez de la Tierra y que la costa en esa latitud está a sólo 5 metros sobre el nivel del mar. El término “candelilla” se refiere a una vela, la fuente de luz más pequeña conocida entonces. El pasado 21 de septiembre en el Campo La Piocha, Colonia Pólvora, varios cazadores y guías vieron las famosas luces hacia el Este del valle mexicalense. Una que se hacían dos, se apagaban y prendían suspendidas en el cielo. Son las luces de siempre. Fotos en FB.

*- El autor es investigador ambiental independiente.

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