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Las bajas

Con mucha beligerancia y con el alto nivel del tipo de armamento que posee y utiliza en la guerra, Israel ha estado jalándole al gatillo a sus armas, implacablemente, por las balas enemigas recibidas de manera cobarde por Hamas, en un ataque sorpresa en la madrugada, en días pasados.

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Con mucha beligerancia y con el alto nivel del tipo de armamento que posee y utiliza en la guerra, Israel ha estado jalándole al gatillo a sus armas, implacablemente, por las balas enemigas recibidas de manera cobarde por Hamas, en un ataque sorpresa en la madrugada, en días pasados. En ese frenético estado de cosas, han sido asesinados y mutilados, mucho más de 10 000 habitantes, de los cuales la mayoría han sido menores de diez años. Mientras que Israel es un estado fuerte, con recursos económicos suficientes, de los cuales utiliza una enorme cantidad para su defensa, en caso de guerra; la Franja de Gaza, es un territorio de alrededor de 45 kilómetros, donde viven millones de familias, batallando para poder subsistir. Sin el ánimo de querer definir quién tiene la razón en este conflicto, me sujetaré a intentar explicar cómo se daña no sólo a la Franja de Gaza en esta guerra, sino quiénes, específicamente, serán los que recibirán todo el peso de las acciones bélicas.

Dicen los israelitas en guerra, que como los miembros de Hamas no tiene cuarteles definidos y abiertos al espacio aéreo, o sea, no se miran sus instalaciones porque las construyen bajo tierra, es por lo que sus ataques son contra hospitales, escuelas, multifamiliares y otros sitios, porque debajo de ellos están los de Hamas. Entonces se han dedicado a bombardear, de manera indiscriminada, cualquier espacio donde se mira que hay gente viviendo. Por esta razón han muerto miles de personas, especialmente niños. Ni las balas ni las bombas discriminan, por consiguiente, las bajas han sido de la población principalmente.

Lo que resulta altamente indignante es que, a pesar de que saben los israelitas de la altísima posibilidad de que no van a provocar bajas en el ejército de Hamas, aun así, disparan sus bombas contra edificios familiares. Por lo que esta guerra es la más mortífera que han tenido en las batallas entre ambos países. Las cifras que da el periódico Los Ángeles Times son las siguientes: ya son 23 515 palestinos heridos en Gaza, 5 400 israelíes heridos, 250 000 de israelíes desplazados, contra más de 1, 400,000 millones de palestinos desplazados de Gaza. Las cifras según se expone en el New York Times son: que la gente está siendo asesinada de manera más rápida en Gaza; Israel ha disparado hacia 15,000 sitios en la zona de Gaza. Con este uso deliberado de armamento, Israel ha utilizado bombas de 2,000 libras contra blancos en Gaza. La potencia de este armamento es indiscutible y los efectos destructivos que provoca son extremos, de allí que, en un conteo muy conservador, se asegura que han muerto más de 10, 000 personas, entre mujeres y niños, quienes, obviamente, no formaban parte de las milicias de Hamas.

Las bombas matan a las personas, pero también las pueden dejar incapacitadas toda la vida. Hay un número cada vez más importante de niños que se han quedado sin una extremidad o sin las dos. O casos de personas que, habiendo estado departiendo en familia momentos antes, cae la bomba y aniquila a la mayoría y destruye sus escasas pertenencias, enviándolos a la miseria y a andar errando por el mundo desprotegidos. Hasta ahora la presión internacional no ha logrado que se detengan las hostilidades, excepto por una tregua en la cual se están intercambiando prisioneros rehenes, de ambos lados, como una inicial etapa de entendimiento. No obstante, la guerra todavía no tiene visos de tener un fin cercano.

La ayuda internacional es esencial en estos días y se requiere que esta se de en varias formas: primero, formando un bloque internacional de países que exijan el fin de las hostilidades y el alto total al fuego; segundo, que se envíen alimentos, medicinas y agua para las familias y los huérfanos desamparados; tercero, que se inicie el proceso de auxilio médico a las víctimas y se proceda a realizar campañas de adopción, o en su caso, de albergue temporal para los niños y adultos que requieran cuidados especiales en el extranjero. La unidad internacional a favor del fin de la guerra es primordial. Todos debemos tratar de ayudar, desde nuestras ciudades y con los recursos que podamos, para que este genocidio sucediendo en la Franja de Gaza termine. Vale.

* El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC

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