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La vieja amistad

La amistad por encima de todo, dicen algunos y lo hemos comprobado en Baja California, el gobernador Jaime Bonilla Valdez le otorgó una notaría a su amigo Xicoténcatl Leyva Mortera, el último gobernador priista de elección popular, y a un sobrino de éste.

La amistad por encima de todo, dicen algunos y lo hemos comprobado en Baja California, el gobernador Jaime Bonilla Valdez le otorgó una notaría a su amigo Xicoténcatl Leyva Mortera, el último gobernador priista de elección popular, y a un sobrino de éste.

Para Amador Rodríguez Lozano fue un acto de justicia hacia Leyva Mortera, ya que Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Ruffo Appel “lo obligaron a dejar una notaría que ya tenía a finales de los ochentas”, en 30 años no se le vio que buscara de nuevo una notaría, tal vez estaba vetado por los panistas y no lo dudo.

Xicoténcatl Leyva se fue a vivir a La Paz, Baja California Sur, tal vez en un autoexilio, pero jamás perdió contacto con Jaime Bonilla, de quien dicen fue, por años, un prestanombres del ex gobernador. Amigos para siempre pues.

Ahí queda un acto de “justicia” para el ex gobernador priista, quien por cierto, el viernes 21 de febrero participó como ponente en la mesa 7, del II Congreso de Historia de Baja California con el tema Fundación del estado de Baja California, organizado por la Secretaría de Cultura. Destacó el gobierno de su tío, Miguel Alemán Valdés, como presidente de México y quien promovió la conversión de Territorio a Estado de Baja California. Lo había prometido durante su campaña Miguel Alemán y a finales de su administración, mediados de noviembre de 1951, envió al Congreso de la Unión su iniciativa de ley para convertir a Baja California en estado, aprobada en enero de 1952.

También destacó el gobierno del general Lázaro Cárdenas de Río, la implementación de la Zona Libre (verdadera zona libre no como la de AMLO), la confiscación de los casinos, apoyó a los campesinos del Valle de Mexicali. Así lo señalaba Xicoténcatl a quien le hizo justicia la 4ta Transformación, no la Revolución.

Por otra parte, ah nuestro Congreso y sus diputados, empleados de Bonilla Valdez, aprobaron el Instituto de Identidad Vehicular y Combate a la Contaminación, vaya, un Anapromex u Onapafa oficial, creado por el gobierno de Bonilla para recabar. El Instituto no dará la legalización de los vehículos, únicamente les cobrarán de mil pesos en adelante a los poseedores de estos autos ilegales para un censo y los centros de verificación, que ahora los operará el Estado, revisarán que no contaminen. El SAT podrá quitarles su vehículo, ya que no es la importación ni legalización de los vehículos. ¿Y los amigos para qué sirven? Me refiero al presidente Andrés Manuel López Obrador del que Bonilla se dice su cuate, pues que emita un decreto para legalizar los autos chocolate.

Por cierto, se han dado cuenta que aparentemente tenemos dos gobernadores, o al menos su representante, igualito que Kiko Vega, se la llevaba en Tijuana y Francisco Rueda Gómez asistía en Mexicali, la capital, a todos los actos y hacía declaraciones a nombre del gobernador ausente; ahora, las cosas nomás cambiaron de nombres, Kiko por Jaime y Francisco por Amador.

Quiero hacerles unas preguntas a los magistrados de la Suprema Corte de la Nación, ¿qué esperan para ver el asunto de Baja California y resuelven si dos o cinco años, qué los detiene? Los días se convierten en meses y estos en años y a la vuelta de la esquina, está el próximo proceso electoral y no sabemos los bajacalifornianos si votaremos o no por un gobernador.

* El autor es periodista independiente.

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