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La manifestación que falta

Una manifestación o marcha es la exhibición pública de la opinión de un grupo activista (económica, política o social), mediante una congregación en las calles, asociados con una opinión.

Una manifestación o marcha es la exhibición pública de la opinión de un grupo activista (económica, política o social), mediante una congregación en las calles, asociados con una opinión. El propósito de una manifestación es mostrar que una parte significativa de la población está a favor o en contra de una determinada política, persona, ley, hecho, etcétera.

Tijuana ha seguido los pasos de varias ciudades del mundo moderno, para manifestarse en contra o a favor de lo que creen injusto política o socialmente. Motivos, los que guste: Exigen Antorchistas apoyos en Secretaría de Bienestar, Se manifiestan vecinos de la Ballesteros en Centro de Gobierno, Marchas feministas, Marchan por la paz y alto a los feminicidios; más recientemente: manifestaciones tras muerte de George Floyd y siguen varias más.

Cabe resaltar que el Artículo 9º de nuestra Constitución Política refiere: “No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito; pero solamente los ciudadanos de la República podrán hacerlo para tomar parte en los asuntos políticos del país. Ninguna reunión armada, tiene derecho de deliberar. No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto, a una autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de violencias o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee.”

Haciendo uso de esa derecho, al inicio de este mes para ser concreto son varias las marchas que hemos visto en nuestra ciudad; se manifestaron en Tijuana para exigir justicia por la muerte de Giovanni López en Jalisco, así como por la de Oliver López, en Baja California; se congregaron en la glorieta Cuauhtémoc en la Zona del Río, donde por espacio de una hora estuvieron lanzando consignas contras las autoridades que han incurrido en abuso policial.

Pero así como existen policías abusivos, también los tenemos honestos, leales, disciplinados, con espíritu de cuerpo y dedicados a servir a la comunidad Tijuanense; por eso es que me llama la atención que nadie levantara la voz o se manifestara de alguna manera al enterarse de la muerte del joven oficial Joel Saraos Ruiz, perteneciente a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal la tarde de este domingo 7 de junio, quien falleció derivado de la lesión de la que fue víctima el pasado 24 de mayo cuando atendía una denuncia ciudadana, de la propia familia del responsable.

El policía municipal falleció luego de que un hombre le enterró un picahielo en el párpado del ojo izquierdo; pero increíblemente el atacante fue puesto en libertad, según me informan los propios policías: fue porque el certificado médico decía que la lesión no ponía en peligro la vida del oficial, hoy conocemos que el resultado fue otro.

En este hecho alguien se equivocó, fue negligente u omiso, injusticia al final.

No bastan las "Honras Fúnebres", ¿por qué no piden justicia y reclaman que se castigue a los culpables?

* El autor es coordinador del área pericial del Injus.

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