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La maldita insensibilidad

Un padecimiento brutal que estamos sufriendo los mexicanos es la crispación social, la falta de capacidad para convivir, la maldita insensibilidad para los asuntos de los demás.

Un padecimiento brutal que estamos sufriendo los mexicanos es la crispación social, la falta de capacidad para convivir, la maldita insensibilidad para los asuntos de los demás. El artículo de hoy se inspiró en un “meme” de las redes sociales, echándole la culpa de lo malo que pasa en México a la gente más vulnerable y pobre; porque son, así dice el meme “una verdadera carga para el país. Obvio, fue un comentario poco afortunado de una persona que, para atacar unas políticas del gobierno, arremete contra los beneficiados por ella. O sea, por una situación política, sacó a relucir su falta de sensibilidad y solidaridad hacia el prójimo que, en cualquier sociedad, necesita nuestro apoyo y auxilio.

La insensibilidad es la falta de capacidad para sentir. Por lo general, la insensibilidad no se aplica a todo. Una de las características de las personas insensibles es su falta de empatía. Aunque algunas personas son más sensibles que otras, sentir muy poca empatía por los demás, da lugar a ser frío o indiferente. Quienes así son, muestran una frialdad afectiva en la que no parece experimentar ningún sentimiento, ni manifestar ninguna reacción al medio.

La indiferencia es un estado de ánimo, un rechazo total o agrado hacia una persona, objeto o circunstancia. Por lo general, una persona fría es alguien que no está disponible emocionalmente. Son personas que no te preguntan cómo estás, no muestran interés con la persona con la que están. La indiferencia es un sentimiento que hace que la gente permanezca inmóvil, tanto en movimiento como en sentimiento, ante alguna situación, idea o persona. Supone una distorsión en la expresión de las emociones.

Un indiferente es alguien que “ni siente, ni padece”. Es un sentimiento que mantiene al margen a la persona que tiene esta condición. Cuando recibimos un dardo envenenado de indiferencia de alguien, su tiro nos produce heridas y dolor. La gente se vuelve cruel, se deleita en hacer sufrir o se complace en los padecimientos ajenos. Se burla de ellos o hasta la culpa de sus propios problemas como en el caso comentado. La actitud fría desconcertante e hiriente, transmite desprecio y un total desinterés hacia lo que sucede alrededor.

Una persona puede asumir una actitud indiferente porque ve en el otro algo que reconoce en sí mismo pero que no quiere aceptar. Por ejemplo, alguien que ha escalado varios escaños sociales puede mostrarse indiferente ante personas que pertenecen a un grupo social que le recuerda su pasado. Las personas que son frías pintan su raya que no se puede saltar. La indiferencia social es un claro síntoma de una sociedad que no tiene la más mínima intención de participar, en ninguna instancia pública que tenga que ver con el destino de su familia y comunidad. Este indicio marca una fuerte decadencia en el ser humano con respecto a sus semejantes.

La indiferencia habla de un ser inferior en el sentido emocional – espiritual. Y en esta vida, se trata de ser seres superiores. ¡Ánimo!

* El autor es asesor administrativo, presidente de Tijuana Opina y coordinador de Tijuana en Movimiento.

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