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La lucha entre la economía y la justicia social

“Justicia sin misericordia es crueldad.”Santo Tomás de Aquin

Los sistemas económicos y políticos del mundo no parecen encontrar acomodo. Se oscila de las llamadas izquierdas a las derechas para luego crear híbridos como la social democracia o el socialismo de libre mercado o la llamada tercera vía.

El fondo del problema es un asunto de justicia social no resuelto que se enmascara bajo paradigmas rígidos e indiscutibles de técnicas económicas que ocultan intereses y demagogia política.

Todas las profesiones, pero más la economía y la política, tienen que ver con la Justicia: "La voluntad permanente de darle a cada uno lo que le corresponde", sin embargo, lo que se olvida es que la justicia es una virtud de las relaciones humanas que no se puede dar en las leyes, ni en los contratos, ni en los juzgados si primero no se encuentra en la voluntad de personas concretas con buena voluntad.

Lo verdaderamente importante de la justicia social no es la riqueza de las naciones ni el desarrollo del estado, sino el poder de ahorro, inversión y compra en los bolsillos de los integrantes de la sociedad disminuyendo lo más posible la pobreza absoluta.

La justicia económica tiene dos partes que no se pueden desunir: La justicia conmutativa y la distributiva. La conmutativa busca dar un equilibrio en el intercambio de bienes según su esfuerzo y lo estipulado entre las partes, mientras que la justicia distributiva es dar a cada persona lo que requiere de acuerdo a sus necesidades y exigirle según sus capacidades, sin embargo, esto debe ser temporal y hasta que el necesitado pueda bastarse a si mismo.

En este orden de ideas, la pobreza, es la gran distancia entre ambas justicias y la llamada Tercera Vía de la economía no es mas que relacionar correctamente la justicia distributiva con la conmutativa. Cualquiera de las dos ópticas la de la justicia conmutativa sin la distributiva o ésta sin la conmutativa, paralizan el proceso de una economía real hacia la justicia como objetivo.

Muchas veces los políticos toman sus banderas a ultranza, los de extrema derecha a favor solo de la conmutativa, mientras que los de corte socialista comulgan cien por ciento con la distributiva, sin embargo, solas no pueden coexistir

La verdadera justicia consiste en hacer de cada hombre en edad de trabajar, pueda realizar una actividad digna y de acuerdo a su capacidad y esfuerzo pueda aportar lo que su familia necesita y el gobierno solo deberá intervenir apoyándolo en la medida en que esa persona no pueda, no sepa o no tenga forma de proveerse de ese trabajo.

El riesgo es usar la justicia distributiva como medio de control de las personas, o comunidades y peor aún, para la manipulación de elecciones políticas. La verdadera justicia es volver conmutativo mediante los principios de solidaridad y subsidiaridad al que no lo es. Un gobierno de dádivas y apoyo social indiscriminado, corre el riesgo de la bancarrota.

No caigamos en la tentación de regalar todo al que menos tiene pues lo convertiremos en un discapacitado social y al gobierno lo condenaremos al fracaso económico. Enseñemos a pescar.

*El autor es asesor empresarial en cabildeo