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La levedad del ser

¿El peso o la levedad? Esta fue la interrogante que se planteó Parménides en el siglo sexto antes de Cristo.

¿El peso o la levedad? Esta fue la interrogante que se planteó Parménides en el siglo sexto antes de Cristo. A su juicio todo el mundo estaba dividido en principios contradictorios: luz-oscuridad; sutil-tosco; calor-frío; ser-no ser.

Muy incómodo, molesto y enfadoso. Así define la RAE el concepto de insoportable. Respecto a la levedad, la Academia establece para este término la definición: “inconstancia de ánimo y ligereza de las cosas.

“La insoportable levedad del ser”, por otra parte, es una novela de Kundera, publicada en 1984, que trata de un hombre y sus dudas existenciales en torno a la vida, convertidas en conflictos sexuales y afectivos. Relata escenas de la vida cotidiana trazadas con un profundo sentido trascendental: la inutilidad de la existencia y la necesidad del eterno retorno de Nietzsche por el que todo lo vivido ha de repetirse eternamente. “El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive solo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes, ni enmendarla en sus vidas posteriores”. Los factores se estructuran a partir de: histórico-político, filosófico, psicológico y artístico.

La obra comienza mostrando la opinión del aspecto político, filosófico e histórico que llevan en sí mismos los conceptos de levedad y peso. Las frases resaltan la lucidez y precisión con que son formuladas. Es una novela de amor, pero al mismo tiempo, en el fondo trata de lo que todas las grandes obras hablan: el sentido de la vida.

Las frases de La insoportable levedad del ser no giran alrededor de un amor romántico. Lo que hace Kundera es tratar de ligar ese sentimiento con el sentido de la vida para el hombre contemporáneo. De ahí que el final del amor también esté presente en sus reflexiones. Esta es una de ellas: “Los amores son como los imperios: cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construidos, perecen ellos también”.

Con cierto toque de ironía, Kundera también habla de otra renuncia en función del amor: la de la razón: “Allí donde habla el corazón es de mala educación que la razón lo contradiga”. Con esto quiere señalar que es más cierto y relevante lo que está en los sentimientos, que aquello que habita los pensamientos. “El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive sólo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores”. Se trata de un razonamiento lógico en el que se destruye esa idea de que todo ser humano debe tener un “por qué”. Lo que plantea es que es imposible saberlo, ya que siempre vivimos a tientas y solo conocemos la vida misma, viviéndola.

Si usted se pregunta para qué carambas le hable de todo esto, es porque ya que, en esta época de pandemia y crisis, dentro de nuestra soledad aprisionada en el resguardo, seguro que más de uno ha pensado en la “insoportable levedad del ser”. Y bueno, de eso, ya alguien nos escribió algo.

* El autor es consultor en participación ciudadana, desarrollo social y cultura de la legalidad.

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