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La ética, factor importante para ser un publirrelacionista exitoso

En todas las profesiones, la ética es la base fundamental para poder llevar a cabo de manera adecuada sus funciones.

En todas las profesiones, la ética es la base fundamental para poder llevar a cabo de manera adecuada sus funciones. Es un cúmulo de valores que definen a las personas y que determinan su forma de proceder. Algunas veces podemos confundirnos en qué está bien o qué es lo justo, pero definitivamente, en el caso de los publirrelacionistas, esta es una base muy fuerte y definitiva que hace que se pueda identificar sus estándares dentro de la profesión.

En ocasiones esto puede ser un poco confuso, pero sí mide cierto grado de conciencia y normas de aceptabilidad dentro de una sociedad. Esto mismo nos lleva a valorar si un acto es ético o no, y reside en el hecho en que todos los individuos poseen diferentes estándares y percepciones de lo que es “bueno” o “malo”.

Debe de existir una verdadera conexión con el público, las marcas y los medios de comunicación. Justo aquí entra la ética, ya que hay que establecer de qué manera llegamos al cliente o cómo el cliente llegó a nosotros. El publirrelacionista es quien ayuda a proyectar la imagen pública de una empresa. Este debe saber ponerse en los zapatos de los demás, logrando implantar lazos estrechos que se convierten en una buena estrategia para resaltar, cuidar y potencializar determinada marca.

El publirrelacionista debe ser sociable, carismático y nunca olvidar que debe hacer lo que sea conveniente para el cliente.

Y ¡mucho cuidado!, cuando el publirrelacionista abusa de ese carisma y comienza a ser el protagonista olvidando su verdadero objetivo, puede que esté infringiendo la ética, pues no olvidemos que el objetivo es el de generar lazos estrechos en beneficio de su cliente.

Es importante el lograr mantener una comunicación asertiva y puntual, ya que se convierte en la parte conciliadora entre su público y las empresas. Cuidar la reputación del cliente es prioritario, y deberá establecer siempre una buena relación con proveedores, clientes y medios de comunicación para lograr sus objetivos, siempre buscando trascender y establecer potencialmente la marca.

Es imperativo el saber escuchar y dirigir al cliente en todo momento hacia lo más conveniente. Analizar sus deseos y aportar ideas propias para lograrlo, todo esto sin salirse de los estándares, evitando así ser un copy-paste de otras campañas.

Desafortunadamente, la pandemia vino a frenar de manera repentina la mayoría de nuestras actividades y nos vimos obligados a transformarnos, a ser aún más creativos para seguir adelante con nuestros proyectos aplicando el clásico: me preocupo o me ocupo.

La tecnología ha sido un gran reto y una magnífica herramienta que nos ha apoyado para poder resaltar estas virtudes, y así poder mantenerse ligeramente estables para evitar las pérdidas económicas en menor escala.

Como publirrelacionistas, podemos identificar determinados comportamientos de los distintos públicos, esto ayuda a generar confianza entre uno y el cliente.

Cabe mencionar que se debe ser tolerante, respetuoso y humano, para lograr guiar al cliente de la manera más adecuada posible, sin olvidar el arte de saber “cachar” las oportunidades que se van presentando.

Echar a volar nuestra imaginación ofrece algo distinto, novedoso, pero siempre con los pies en la tierra para identificar lo posible con lo imposible. Todo esto por el bien de nuestro cliente.

-Patricia San Román

*- La autora es socia fundadora de PRORP BC.

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