La cortina de humo bélica de EU
Y cuando pensábamos que la pesadilla era Trump, llegó Biden. Vaya sujeto siniestro, él y la industria militar están agitando el avispero para una guerra en Ucrania.
Y cuando pensábamos que la pesadilla era Trump, llegó Biden. Vaya sujeto siniestro, él y la industria militar están agitando el avispero para una guerra en Ucrania. En tiempos de crisis mayor, la pandemia y sus consecuencias, así como la rebelión de los oprimidos en Estados Unidos, una histórica salida es provocar una guerra. Una guerra que le regrese la narcisista ilusión de ser el policía del mundo y el ejército más poderoso, intentando tapar el Sol con un dedo. La supremacía del ejército ruso, no solamente es a nivel tecnológico, sino de legendario patriotismo. Desde siempre he admirado la cultura rusa, he procurado seguirle la pista, no soy politólogo, pero me atrevo a escribir sobre esto que casi nadie habla en “Occidente”.
Mi impresión es que hay un enorme desconcierto de los americanos con la restauración del poderío ruso, cuando equivocadamente pensaron que con el lacayo de Yeltsin dejaban en la lona a la nación más grande del mundo, un 11% de toda la superficie terrestre del planeta, más del 30% de los recursos naturales. Diplomáticamente la Federación de Rusia cataloga de histeria americana el anunciar la invasión rusa a Ucrania, bueno, hasta fecha
le ha puesto Biden. El mismo presidente ucraniano declara que no hay tal cosa, pero como decía el maléfico ministro para la Ilustración pública y propaganda nazi, Goebbels, “repite una mentira con suficiente frecuencia y se convierte en verdad”.
La historia se comenzó a complicar cuando un comediante ucraniano encarnó un personaje que se hizo viral, un profesor de primaria que sin querer hace una crítica al gobierno y lo convierten en presidente. Tuvo un altísimo rating, tanto que lo hicieron realidad al convertir al actor Volodymyr Zelensky, el más famoso de la pantalla, en presidente. La vida imitando la ficción. Esto mientras en cuatro importantes regiones se intenta un movimiento separatista, o visto desde su perspectiva un acercamiento a Rusia. Les adjudican atrocidades siendo que son víctimas de la evidente guerra del gobierno actual, tanto que están emigrando a terreno ruso para protegerse, su lengua materna es ruso y su referente de identidad. Apenas se independizaron de Rusia en 1991. Durante años se vienen haciendo ejercicios militares rusos en sus fronteras, pero en esta ocasión se sumó a los conflictos internos como para que Biden pusiera los ojos del mundo en esa frontera y metiera las narices prometiendo apoyo para esa guerra que me recuerda las supuestas armas químicas de Hussein. El delirio de ser salvadores del mundo es una historia del siglo pasado, pero sigue en el corazón de la política exterior americana. De fondo, el protocolo de Minsk es devorado por la rusofobia, así como antes la propaganda anticomunista en tantos tiranos.
* El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.
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