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La Peligrosa ‘Consultitis’

“Los que aprueban una opinión, la llaman opinión;  pero los que la desaprueban la llaman herejía.”Thomas Hobbes

¿Qué tienen en común: El Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, Constellation Brands en Mexicali, la operación de una termoeléctrica en Huexca, la realización del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, el Tren Maya?

Efectivamente, todos esos actos fueron consultados, bajo el argumento de que: “El pueblo es sabio, el pueblo conoce la verdad”, sin embargo, la forma como se han realizado estos “ejercicios ciudadanos”, distan mucho de tener el mínimo rigor científico.

Me faltó incluir en el listado, la malograda encuesta que buscaba sancionar a todos los expresidentes, menos a Luis Echeverría, porque él sí es bueno; por actos de corrupción, sin embargo, la Suprema Corte les quitó la intención al modificar el pretendido texto lapidario.

Lamentablemente, en los últimos años hemos tejido una serie de historias y argumentos falaces, para tomar decisiones al amparo de consultas ciudadanas a modo, que solo han servido para legitimar decisiones que para la “4T” han resultado de gran beneficio mediático.

Traigo a colación este tema, porque el pasado domingo se llevó a cabo, en Ensenada, una más de las gustadas encuestas de la 4T. En esta ocasión se trató de que la comunidad en el Puerto, opinara sobre si aprobaba el proyecto de la empresa Energía Costa Azul, la cual planea invertir 2 mil 800 millones de dólares, para reconvertir su planta regasificadora en una de licuefacción, generando 6 mil empleos directos para ese municipio, a cambio de lo cual se compromete a invertir 430 millones de pesos para 24 obras públicas en el municipio, los cuales serán manejados vía un fideicomiso.

Para variar, la consulta se hizo en las rodillas y se dejó de lado lo que ordena la Ley de Participación Ciudadana de BC, que regula este tipo de consultas cuando son serias. Afortunadamente, esta mascarada dio como resultado la aprobación y la inversión millonaria no se perdió como en el caso de Mexicali con la Constellation Brands.

Existen varios elementos comunes en estas mal llamadas consultas ciudadanas: En primer lugar, se realizan sobre decisiones ya tomadas u obras ya construidas; tampoco se tienen reglas claras ni existe una vigilancia o aval de un organismo como el INE o los órganos locales (OPLES). Tampoco hay información previa detallada que permita normar el criterio del votante. Las papeletas, si es que las hay, no son foliadas y muchas veces no se pide la credencial de elector o se marca el pulgar del votante. Tampoco se determina quien vota, si es una decisión local o regional.

Las consultas de este tipo son características de los gobiernos populistas, los cuales desde los años 80 se fueron transformando ideológicamente y en vez de negar a las instituciones democráticas, como solían hacer en el pasado, comenzaron a repensar la democracia e hicieron sus propios ejercicios a modo. De esta manera fueron evolucionando personajes como Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Hugo Chávez en Venezuela y Tabaré Vázquez en Uruguay, entre otros. Actualmente, todos recurren a estas charadas democráticas para validarse.

El asunto es que, en un sistema democrático, el pueblo vota por alguien que tomará las decisiones, pero si el pueblo va a decidir hasta por lo mas doméstico, ¿para qué votamos por un gobierno?

*- El autor es asesor empresarial en cabildeo.

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