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Hasta la madre

Está sobre la mesa en esta elección intermedia, justo a media pandemia, el futuro inmediato y de largo plazo de nuestro país y región.

Está sobre la mesa en esta elección intermedia, justo a media pandemia, el futuro inmediato y de largo plazo de nuestro país y región. Es evidente que el movimiento en el poder ha sabido mantener una imagen más o menos favorable entre sus seguidores a pesar de los pocos resultados tangibles gracias a la constante y combativa presencia de su líder en medios y redes sociales cada mañana. Sumado a esto y a la pobreza de nuestros paisanos, la copiosa repartición de apoyos económicos a través de programas sociales clientelares que reciben millones de mexicanos que presuntamente habían estado alejados de las verdaderas oportunidades, han servido, hasta cierto punto, para opacar la precaria reacción a la pandemia, la creciente pobreza, el mayor desempleo, la terrible violencia e inseguridad, la concentración de la inversión pública en un puñado proyectos sexenales, así como la mermada inversión privada que entre pandemia e incertidumbre, han suspendido o cancelado inversiones que pudieran ser más útiles en el mediano y largo plazo, para sacar a las familias de la histórica pobreza que al final, es el principal factor que alimenta la violencia en vastas zonas del país.

En nuestro estado, cuna de la democracia moderna y la alternancia política gracias a los resultados de las elecciones de 1988 y 1989, estamos hasta cierto punto en un “oasis” económico dentro de este país. Sin embargo, durante las últimos administraciones estatales y municipales, nuestro estado y ciudad no han tenido sostenidamente gobernantes que estén a la altura de la estatura de los bajacalifornianos. Cuando nos comparamos con otros estados y grandes ciudades del país, fuera de la estadística de empleo, en la mayoría de los índices no estamos nada bien. Voltea a tu alrededor y encontrarás grandes problemas que tienen solución, pero históricamente no ha habido el liderazgo, el ingenio y la voluntad para atenderlos oportunamente. No podemos culpar de esto a las administraciones salientes; en dos años y la gran parte de éstos en pandemia, desgraciadamente no existieron las condiciones y los gobiernos muy poco lograron hacer y casi nada pudieron cambiar.

En la antesala de la elección, escuché de muchos candidatos promesas vacías e imposibles de realizar; solo unos cuantos hicieron propuestas viables que se podrían lograr. Analicé trayectoria, experiencia y méritos de los candidatos y encontré muchos candidatos que brillaron por su ignorancia de los temas a atender y en cambio, muy pocos demostraron su capacidad para gobernar.

Después de este ejercicio llamado campaña electoral, puedo afirmar que estoy hasta la madre de que los partidos nos pongan enfrente tantos malos candidatos y tan poquitos con méritos, experiencia y credibilidad. Lo preocupante es que algunos de estos malos candidatos podrían ser electos, a pesar de no tener ni idea de lo que tendrían que hacer.

Si coincides con lo expuesto y estás hasta la madre como tu servidor, te invito a no desperdiciar tu valioso voto, a que no lo vendas y a que no lo regales; a que seas responsable y en cambio, lo razones alrededor de la capacidad, experiencia y méritos de las personas y hagas a un lado la marca y el color. Cruza tu voto, deposita las boletas e invita a tu familia y amigos a no solo votar, sino a hacerlo por quienes podrían cambiar el rumbo de nuestra ciudad, estado y país.

* El autor es arquitecto tijuanense, pro ciudades compactas.

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