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Grandes discusiones

El aborto será legal en la gran mayoría de los estados, eventualmente la marihuana y más allá en el horizonte la eutanasia.

El aborto será legal en la gran mayoría de los estados, eventualmente la marihuana y más allá en el horizonte la eutanasia. Quien lea regularmente mi columna habrá leído mi posición e interpretación frente al aborto. Con respecto a la marihuana hay muchísima indefinición. Se exalta lo medicinal de la marihuana y se cuela el uso lúdico. La realidad es que no hay tal marihuana medicinal, su efecto en el sistema nervioso central está lejos de ofrecer alguna cura. Como sucede con el alcohol y el tabaco, ciertas personas con trastornos mentales dicen sentir alivio con su consumo. Seguramente el avance del estudio de la importancia y función de los cannabinoides resultará en el desarrollo de nuevas moléculas terapéuticas, aún no se ven en el horizonte. Que dosis altas de extracto de cannabis mejoren un poco un raro tipo de epilepsia sobre el que ningún antiepiléptico contemporáneo funciona, no es razón suficiente para argumentar que la marihuana es medicinal. El asunto estará en discusión probablemente el próximo año. Llegará el día en que la modernidad nos lleve, como en otros países a plantearnos la cuestión de la eutanasia. Aborto, marihuana y eutanasia son tres grandes asuntos que polarizan sociedades. En México existe la llamada ley de voluntad anticipada, donde uno puede solicitar que no le prolonguen la vida con medios artificiales y pueda la persona morir cuando la naturaleza diga. Distinto es la eutanasia, que es cuando la agonía es inútil, cuando el sufrimiento es mayor y la muerte por el padecimiento ya es segura y pronta. Al final quedará la cuestión de la demencia. Tenemos en el horizonte grandes predictores de la demencia, en sus distintas formas, de manera que el sujeto puede solicitar la muerte asistida en caso de iniciar el deterioro de la memoria y finalmente de la personalidad, aunque no se esté en condiciones de dar el consentimiento en ese momento. La eutanasia, etimológicamente es la muerte sin sufrimiento, es calificada de homicidio en México, en un puñado de países se va consolidando su práctica, su normatividad. El suicidio y la muerte asistida son distintos de la eutanasia que implica un protocolo médico a seguir. Es una decisión absolutamente personal que debe ser revisada por un grupo de médicos especialistas designados para ello, es la decisión de no sufrir. El sufrimiento es distinto acorde a las culturas y creencias. Nuestra cultura cristiana hace del sufrimiento una oportunidad de agradar a Dios, y de paso conseguir el boleto al cielo. La eutanasia va contra los principios cristianos, el aborto también, es asombroso que la lucha social, por el momento la feminista, haya conseguido la despenalización del aborto. Así llegará el debate sobre la eutanasia, el tiempo dirá.

*- El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.

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