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Godínez postpandemia

En México, el término “Godínez” es utilizado para referirse a los oficinistas que habitualmente trabajan de 9:00 a 18:00.

En México, el término “Godínez” es utilizado para referirse a los oficinistas que habitualmente trabajan de 9:00 a 18:00.

Para los que tenemos la oportunidad de trabajar predominantemente en una oficina, esta pandemia nos ha traído nuevos retos y oportunidades. Aunque desde inicios de este siglo inició una tendencia al alza en empresas que permiten a algunos individuos trabajar desde casa, las medidas tomadas por la pandemia lo hicieron técnicamente obligatorio para aquellas empresas cuyas actividades lo permitían. La repentina conversión a trabajo remoto generalizado tomó a algunas industrias mejor paradas que a otras, pero no cabe duda de que, para la gran mayoría, esta modalidad llegó para quedarse y provocará cambios permanentes en la manera en que nos relacionamos con nuestro colaboradores, clientes y proveedores y en la manera que diseñamos y gestionamos nuestros espacios de trabajo hacia el futuro.

En un estudio publicado por FlexJobs y Global Workplace Analytics hace un par de años, encontraron que entre 2016 y 2017, el trabajo remoto los Estados Unidos había crecido un 7.9%. A esa fecha, tan solo 4.7 millones de personas (3.4% de la población empleada) eran las que trabajaban remotamente. El trabajo remoto, era un lujo que se podían dar los ejecutivos de mayores ingresos y gente con empleos en actividades como contabilidad o desarrollo de software, donde la interacción presencial no era tan primordial. De hecho, algunas empresas o industrias históricamente han utilizado esta facilidad de trabajar remotamente como algo especial, que les ha permitido atraer o retener a ciertos talentos con un incentivo al que el dinero no puede reemplazar. Además, las empresas que permiten esta modalidad han encontrado como resultado que estos trabajadores están mejor motivados, menos estresados, sin más productivos, con la ventaja de que representan un menor costo operativo para su empresa al no tener que facilitarles espacio de oficina.

En nuestra ciudad, con el paulatino regreso a la actividad, muchas empresas han decidido brindarles a sus colaboradores la opción continuar trabajando desde su casa.  Por ejemplo, en mi empresa ningún colaborador ha regresado a trabajar permanentemente a la oficina, ya que todos han optado por permanecer, después de 4 meses de trabajar desde casa, continuar así. La mayoría se han llevado las computadoras de trabajo a sus casas, y les hemos agregado accesorios y periféricos como cámaras, audífonos y micrófonos, que ahora son de primera necesidad, ya que nos permiten implementar nuevos modelos de trabajo con plataformas tecnológicas que nos permiten llevar productivas reuniones virtuales con clientes y proveedores, trabajando “en la nube” donde compartimos y editamos archivos y documentos de trabajo. Obvio no todo es miel sobre hojuelas, sobre todo cuando tenemos que depender tanto de la todavía errática y técnicamente obsoleta infraestructura de comunicaciones de la ciudad.

Será interesante observar, como estas nuevas realidades impuestas y luego adoptadas por empresas y sus trabajadores, influirán en futuros cambios en industrias como bienes raíces, tecnología de la información, movilidad, comercio, alimentos, bebidas y todas aquellas actividades que han dependido por tanto tiempo de la interacción con la gente que sale de su casa a trabajar.

Es por ello, que el futuro mundo de las empresas y el del coloquialmente conocido “Godínez”, será muy diferente al que ayer conocimos, y probablemente será mucho mejor. Bienvenida la nueva realidad.

* El autor es arquitecto tijuanense, pro ciudades compactas.

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