Excesiva violencia vs. desinformación
No pasa un solo día sin que exista un ajusticiamiento en nuestra ciudad. La tasa de crecimiento de los asesinatos tipo ejecuciones ha rebasado todos los pronósticos que existían.
No pasa un solo día sin que exista un ajusticiamiento en nuestra ciudad. La tasa de crecimiento de los asesinatos tipo ejecuciones ha rebasado todos los pronósticos que existían. Las palabras huecas de los candidatos convertidos en funcionarios de elección popular se pierden entre el polvo que levantan los cuerpos de los asesinados, cuando son tirados como vil basura, en cualquier parte de nuestras ciudades. Sin embargo, los sicarios demuestran su poderío al efectuar las ejecuciones en pleno día y en cualquier lugar. Ahora la modalidad son los disparos desde vehículos en movimiento donde hay al menos dos tripulantes: el que maneja la unidad y quién jala el gatillo. En otros casos, la discreción no es una característica de los ejecutores, pues disparan a mansalva y de manera excesiva, contra la casa de las víctimas, sus automóviles y cualquier objeto o persona que se encuentre entre el objetivo.
Esta semana las víctimas fueron personas que, al parecer, solo fueron agredidos por mera decisión circunstancial, y no porque debieran algo. Un maestro y un señor que iba comenzando a vender tamales en la puerta de su casa, cayeron doblegados por las balas implacables. Las razones por las cuales fueron ajusticiados las desconoce la sociedad tecatense, porque la Dirección de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, creo que así se llama ahora, no se ha dado el tiempo para decirnos por qué está pasando esta racha excesiva de asesinatos. Porque no es que alguien haya amanecido con la idea de matar a algunos tecatenses, solo porque se le antojó. Obviamente, algo está pasando que no nos quieren compartir, porque luego dicen, entorpecen las investigaciones. ¡Eso que se los crea su abuela!
Las dependencias que están obligadas a proporcionarnos seguridad no sirven para nada. Están rebasadas desde hace mucho tiempo en todo México, no les tienen respeto ni les temen, al contrario, cada que pueden los provocan, los asustan y los dejan nerviosos. Aunque, la verdad, tienen razón en estar temerosos, sus armamentos son menos potentes, carecen de balas, están expuestos pues deben portar uniformes y sus vehículos son fácilmente identificables. Además, solo los soldados, los miembros de la Guardia Nacional y los de la Marina tiene la protección efectiva que les proporciona el que no vivan ni tengan a sus familias en nuestra ciudad. Los agentes de la policía locales, si están en una posición desventajosa.
Es un hecho que la violencia no tendrá una tendencia a la baja en el futuro cercano ni mediano. Por el contrario, se incrementará debido a que no hay quién la controle. Ahora que se está investigando el armamento de los policías, algunas armas han salido sospechosas de haber sido utilizadas en hechos delictivos fatales. En Tecate, existe la versión de que no encuentran más de 26 pistolas, lo cual pone en entredicho a la fallida Dirección de Seguridad Pública y Protección Ciudadana. En contrapartida, el agente de policía municipal de mi colonia sigue poniendo su música a todo volumen los fines de semana y, por supuesto, cuando le da la gana ya que, en los menesteres de molestar a la gente, sí que son muy activos. Por supuesto, a las autoridades en funciones esto no les afecta. Vale.
*El autor es Licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.
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