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Evidente rechazo entre corporaciones de seguridad

“Ni todos los moros somos traficantes ni toda la policía cumple la ley.”  HIBA ABOUK – Fátima.

Ser Policía es una carrera muy difícil, muy criticada y poco comprendida; sin embargo, la satisfacción del agente al salvar una vida, o al resolver un crimen, no se paga de ninguna manera; la policía es una fuerza de seguridad encargada de mantener el orden público y la seguridad de los ciudadanos mediante el monopolio de la fuerza, y que se encuentra sometida a las órdenes del Estado y responde de manera directa a sus superiores inmediatos o institucionales

Las fuerzas policiales son organizaciones obedientes y disciplinadas, cuya principal obligación es disuadir crímenes en contra de las personas o que afecten el orden público, así como el arresto de sospechosos, e informa a las autoridades competentes; también es responsable de reportar ofensas menores usualmente por violaciones a las leyes de tránsito, su administración puede ser centralizada a nivel nacional, o con fuerzas de policía local.

La policía puede tener un carácter preventivo como es el caso de las policías de ciudad o las policías de proximidad que pueden ser investigadoras, como las que auxilian al fiscal o al Ministerio Público en la persecución de los delitos; o bien, pueden estar dirigidas a garantizar el debido cumplimiento de normatividades.

Y aunque las Policías pueden ser autónomas sus elementos no lo son, por el contrario, someten su voluntad por instrucción o mandato jerárquico y están lejos de llevar a cabo actos sin la autorización de un superior, respetando las cadenas de mando.

Son estos los motivos que hacen suponer que las malas relaciones policiales no se dan entre policías, sino entre corporaciones o mandos de Seguridad Publica.

Este análisis lo realice al ver en días pasados que varios Policías Municipales acompañados de Grúas remolcaban vehículos oficiales y particulares mal estacionados o en doble fila frente a las oficinas de la Procuraduría General de la Republica (PGR), este hecho no fue ocurrencia de un oficial de tránsito, debió de corresponder a una instrucción de alto nivel de la Secretaria de Seguridad Pública Municipal, ya que de otra manera si fuera de rutina solo se solicita que muevan sus vehículos por si ocuparan el espacio.

Esperemos exista comunicación entre los mandos de las corporaciones y que estos actos no terminen como los protagonizados en los años noventas por el entonces Director Municipal Federico Benítez y el Comandante Álvarez Barriere de la Policía Judicial, quienes giraron instrucciones: el primero para remolcar cualquier vehículo de los Judiciales mal estacionado y el segundo para detenerlos aunque fuera uniformados por algún cumplimiento Judicial; estas órdenes generaron un conflicto muy serio entre las corporaciones que en varias ocasiones estuvo a punto de terminar en enfrentamientos armados y que fue la prudencia de los elementos y los mandos medios de las dos corporaciones quienes mostraron cordura y mediante el dialogo lo fueron solucionando.

Si las señales son correctas y existe un rechazo entre corporaciones, ¿cómo quieren generar una adecuada coordinación?

* El autor es presidente de la Comisión de Difusión del Instituto de Investigación Jurídica de la Universidad de la Californias Internacional.