Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Tijuana

En busca del agua

Agua, una molécula formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxigeno. El hidrógeno se creó durante el Big Bang al inicio del Universo, y el oxígeno en el núcleo de algunas estrellas.

Agua, una molécula formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxigeno. El hidrógeno se creó durante el Big Bang al inicio del Universo, y el oxígeno en el núcleo de algunas estrellas. Las estrellas al final de sus vidas expulsan sus atmósferas al espacio y es ahí donde el hidrógeno y el oxígeno se combinan formando moléculas de agua. Las nebulosas de gas que se forman tras la muerte de las estrellas crean el caldo de cultivo para siguientes generaciones de estrellas, con sistemas planetarios en formación. Muchos de ellos contienen importantes cantidades de agua, sobre todo localizados en cometas y algunos asteroides. En el caso de la Tierra, el agua de los océanos parece tener origen en asteroides y comentas que han ido impactando en ella desde que se formó, a lo largo de los 4,500 millones de años.

Más allá de la Tierra, en el Sistema Solar, hasta ahora, se han encontrado índicos de agua fangosa en laderas de colinas en Marte, océanos salados subterráneos en Europa, Ganímedes y Calisto, tres lunas de Júpiter, en Encélado, Titán y Mimas, lunas de Saturno, en Plutón y varios otros ejemplos. En forma de hielo se encuentra agua de forma común en los cometas y en muchos otros astros menores del Sistema Solar. En la Luna se encontraron indicios de la existencia de agua en forma de hielo por primera vez en la década de los 90. El material helado estaba localizado en cráteres polares de la Luna. Más recientemente, en 2009, observando la luz reflejada por la superficie de la Luna se habían encontrado que el reflejo era consistente con haberse originado en partículas de agua congelada mezclada con minerales. Sin embargo, los datos obtenidos también eran consistentes con que en lugar de agua el compuesto fuera en realidad hidroxilo, una combinación de un átomo de oxígeno y uno solo de hidrógeno. Pero esta semana se ha podido confirmar que en realidad sí es efectivamente agua, usando un telescopio montado a bordo de un avión volando a 13,000 m de la superficie de la Tierra.

Los astrónomos que se dedican a estudiar exoplanetas ponen especial interés en aquellos que se encuentran en la llamada zona de habitabilidad: son las órbitas a las que la distancia del planeta a la estrella es tal que la temperatura es suficientemente caliente como para que el agua no se encuentre en forma de hielo, pero no demasiado alta como para que ésta se evapore. Esta distancia va a depender de las características de cada estrella, de cuánto calor está emitiendo, de su edad, etcétera. Recientemente, en K2-18b, un planeta rocoso que se encuentra en la zona de habitabilidad de una estrella a 124 años luz de la Tierra, se han encontrado evidencias de vapor de agua en su atmósfera. Pero también encontramos indicios de agua en muchos otros exoplanetas.

Pero, ¿por qué es tan importante para los astrónomos buscar agua en el Universo? La molécula de agua puede ser sencilla pero es fundamental para la vida, al menos, tal y como la conocemos en la Tierra. Hasta el momento no se conoce ningún organismo que no necesite agua para poder sobrevivir. Y no solo eso, sabemos además que el agua ha debido de jugar un papel fundamental para el mismo origen de la vida. De forma que al encontrar agua en otros mundos, no solo damos el primer paso para la búsqueda de vida en otros planetas, además nos puede permitir entender cómo comenzó la vida en la Tierra.

Instituto de Astronomía UNAM Campus Ensenada

En esta nota