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El trabajo infantil

Este domingo se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, pocos actos se llevarán al cabo, pero el trabajo de niños, niñas y adolescentes, de 5 a17 años de edad es una realidad en todo el mundo.

Este domingo se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, pocos actos se llevarán al cabo, pero el trabajo de niños, niñas y adolescentes, de 5 a17 años de edad es una realidad en todo el mundo. Según algunos datos, de 2020, 160 millones de niños están en situación de trabajo infantil, lo que representaba 1 de cada 10 niños en todo el mundo, algunos con tan solo 5 años.

Si nos situamos en México, según datos del Inegi, 3.3 millones de niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años de edad realizan alguna actividad económica; de los cuales 1,755, 482 realizan ocupaciones no permitidas.

El 39% son mujeres y el 61% son hombres, pero ¿por qué trabajan los niños y niñas? Según algunas encuestas del Inegi para pagar su escuela o sus propios gastos o por gusto o para ayudar en el hogar. Desde hace unas semanas, en la capital del Estado hemos visto a decenas de niñas, niños y adolescentes trabajando en la calle como payasitos o malabaristas con pelotas, subidos en los hombros de un hermano mayor, su mamá o papá.

Muchos de ellos son migrantes del sur de país y no están yendo a la escuela. Hace años se podían ver en los campos agrícolas, principalmente en las cosechas de hortalizas a cientos de niñas y niños, desde muy chiquitos hasta adolescentes, que ayudaban a sus padres a hacer atados de cebollín, en el valle de Mexicali o levantando la cosecha de tomate en San Quintín, pero no les pagaban, el pago lo recibía su papá o mamá.

Durante años podíamos ver trabajar a cientos de niños en los supermercados como empacadores, los llamados “cerillitos”, ganando propinas de parte de los clientes, algunos hasta acompañaban a las señoras a sus casas cargando pesadas bolsas del mandado. Le llamaron explotación infantil y desaparecieron, ahora son adultos mayores los empacadores.

En las calles había boleritos que lustraban el calzado de hombres y mujeres, vende chicles, mazapanes o cualquier otro artículo. En la Avenida Revolución de Tijuana, cuando había grandes cantidades de turistas de todo el mundo, mujeres que vendían alpaca en vez de plata, estaban acompañadas por sus bebés en la espalda cargados con un reboso, unos más de la mano quienes les decían a los turistas “one dólar for one taco”, y como eran muy pequeños los y las turistas no lo pensaban mucho, les daban monedas o un dólar, hubo quienes daban más, pero el padre y marido de estas mujeres se gastaban el dinero en cantinas de la Zona Norte.

Pero ¿en qué trabajan niñas, niños y adolescentes? En actividades agrícolas, como ya he mencionado, ganaderas, forestales, caza y pesca, 31.6 %; en minería, construcción e industria 24.5 %; comerciantes, empleados en ventas y agentes de venta 14 %; el porcentaje restante en actividades elementales y de apoyo, como vendedores ambulantes, servicios personales y vigilancia, trabajadores domésticos, de limpieza, planchadores y otros trabajos de limpieza entre otros.

Baja California no está exento de una explotación laboral infantil, la migración de cientos de niños, nacionales y extranjeros, deben ser cuidados, las instituciones públicas y privadas tienen un gran compromiso para romper con esa desigualdad económica que provoca que niñas, niños y adolescentes tengan que salir a la calle a ganarse el sustento diario y como me digo la Dra. Mavis Olmeda García, presidenta del DIF de B.C. “Los niños son de todos, todos tenemos esa responsabilidad y ese compromiso de atender al tesoro más grande que puede tener una sociedad que son los niños, niñas y adolescentes”.

*El autor es Periodista independiente.

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