El regreso del viejo PRI
En unos meses más el PAN dejará el gobierno al haber perdido estrepitosamente en las urnas el pasado 2 de junio.
Para dimensionar correctamente lo que está pasando en Baja California hay que ponerlo en estos términos: en unos meses más el PAN dejará el gobierno al haber perdido estrepitosamente en las urnas el pasado 2 de junio, lo que genera alegría en algunos círculos de la sociedad, pero en su lugar regresará un grupo de priistas de viejo cuño al gobierno estatal y a los municipios, algo que se consideraba ya imposible que sucediera por las sucesivas derrotas del viejo partido.
El fenómeno es complejo y no está siendo asimilado fácilmente entre la ciudadanía y la clase política local. Se piensa que es Morena, el partido formado por López Obrador, el que gana la elección e integra a varios personajes del viejo priismo. Lo cual es cierto formalmente, pero da la casualidad de que Morena se conforma desde su nacimiento hasta ahora por varios personajes que son o que fueron del PRI y militaron en ese partido durante los años sesenta, setenta y parte de los ochenta.
Esto quiere decir que Morena es un nuevo partido formado, principalmente, por priistas y por algunos ex panistas, pero dominado y controlado por la gerontocracia priista. La mayoría de sus candidatos a distintos puestos de gobierno son priistas o cercanos a ese partido, varios presidentes municipales, diputados y funcionarios son o pertenecieron al viejo PRI, pero ahora están encarnados en Morena.
Digamos que hay un viejo priismo que renace en Morena, la mayoría de ellos atraídos y alentados por el mismo Andrés Manuel López Obrador, primero como candidato desde sus primeras campañas hasta ahora que ha llegado a la presidencia. Por eso no tiene nada de anecdótico cuando se dice que Morena es el nuevo PRI, porque en realidad Morena es una especie de refundación de ese viejo partido.
El votante de Morena, hasta donde indican algunos datos, no votó porque regresara este viejo priismo a BC o a nivel nacional, lo hizo para apoyar a López Obrador, sin ponerse a pensar en las consecuencias que habrá a corto y largo plazo de que este viejo priismo se apodere de nuevo de los gobiernos. Pareciera que el pueblo mexicano tiene una memoria muy corta (o no tiene), y supone que si este priismo regresa al gobierno de la mano de Amlo, gobernará de manera diferente.
Pero hay muy pocas posibilidades de que eso suceda. Se vio ya desde la campaña electoral que el priismo que regresa es el mismo de siempre, con sus desplantes autoritarios, su desprecio por los debates, el discurso agresivo y prepotente, la falta de respeto por sus adversarios, su tentación de controlar todo, su tendencia al manotazo y al golpe bajo. No hay ningún cambio, por más que se envuelvan en la bandera de López Obrador.
Los nombres que han salido a la luz pública como futuros funcionarios del gobierno estatal y varios en los gobiernos municipales, no auguran nada bueno. Amador Rodríguez Lozano tiene tras de sí una fama de las peores prácticas políticas de antaño (los fraudes electorales), lo mismo Fernando Castro Trenti que por más estudios que hace no cambia su visión política. ¿Qué se puede pensar, por ejemplo, de que el próximo secretario de educación en el estado sea un personaje como Catalino Zavala, quien ha fincado unacarrera política basada en el engaño y las triquiñuelas?
¿De verdad Morena no encontró a nadie más para ocupar los principales puestos de gobierno? En BC hay muchísima gente con capacidad y experiencia, con criterio, independiente, profesional, que podría hacer un mejor papel que cualquiera de los que van a llegar a gobernar. Sin embargo, el primer criterio que está siguiendo Morena, así como antes lo hizo el viejo PRI y también lo hizo el PAN, es seleccionar a las personas a partir de su filiación política y su cercanía al gobernador.
En este nuevo (e inédito) escenario político que hay en BC, se aprecia una sociedad pasmada, atónita y desconcertada, principalmente en algunos (cuantos) círculos que han venido luchando desde hace años contra los malos gobiernos del PRI pero también del PAN. Hay preocupación pero, al mismo tiempo, una profunda resignación por lo que está sucediendo con el nuevo gobierno de Morena.
Sin embargo, por otra parte, en otras esferas de la política, la empresarial y la de los medios de comunicación, hay un sorprendente reacomodo a partir del próximo gobierno de Morena, como sucedía antes justamente con los viejos gobiernos del PRI.
Hay grupos y personajes (de la tercera edad) que están rejuveneciendo y varios desempolvan sus maletines para incorporarse como “nuevos” funcionarios de gobierno en casi todos los municipios.
Detrás de lo vetusto de este priismo, hay una (cómica) vertiente de radicalismo político, imitando un poco el discurso de Amlo y haciendo creer que hay un cambio (radical) que viene pronto a BC. Un punto exacto, precisamente, para medir que el gobierno de Morena puede quedarse en el puro discurso. Lo veremos brevemente.
El autor es analista político
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