Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Tijuana

El desfile militar

“El que no ama su patria, no puede amar nada” LORD BYRON

El origen de los desfiles tiene que ver con la necesidad de los pueblos de dar a conocer su poderío bélico y por lo tanto, ser una especie de arma de intimidación frente a cualquiera que hacía mostrarse ante sus posibles enemigos con una fuerza tal que buscaba ser temidos y respetados. Poco a poco esa costumbre se fue perdiendo hasta convertirse en una verdadera ceremonia de orgullo patrio que congrega a sus ciudadanos en torno a sus símbolos nacionales. En México se ha seguido esa tradición desde la época de la colonia, sin embargo, en el México independiente, el primer desfile se realizó el 27 de septiembre de 1821, precisamente con motivo de la histórica entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, comandado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero al frente de 16 mil jinetes. Esta entrada triunfal marca la culminación de la guerra de independencia.

Esta tradición continuaría año tras año, salvo en 1847, cuando México se encontraba invadido por los norteamericanos. En el gobierno de Porfirio Díaz se cambia la fecha del desfile, al pasarlo al 16 de septiembre, un día después de su cumpleaños, aunque otros dicen que fue a propósito del cumpleaños de su esposa, Doña Carmelita, aunque ella nació un 20 de enero.

El 16 de septiembre de 1910, con motivo del primer centenario de las fiestas de la independencia, el desfile fue más colorido y desfilaron 5 mil soldados con uniforme de paño azul y se engalanó con música y diversas bandas de música.

En 1928, tras el asesinato del presidente electo, no hubo festejos, solo un simple desfile, pues los altos jefes mi¬litares decidían con Calles quién sería el presidente provisional. Al año siguiente se desataban pugnas internas dentro del ejército derivados de la rebelión escobarista de 1929, en la que un grupo de generales se sublevó contra Plutarco Elías Calles tras culparlo de la muerte de Álvaro Obregón.

A partir de 1931 y hasta 1934 desapareció el desfile, que fue sustituido por una ceremonia llamada “homenaje a banderas históricas” consistía en que oficiales del ejército ondeaban los lábaros de vista al público y al estrado donde se encontraba el presidente de la república y otros funcionarios, ya fuese en la Columna de la Independencia o frente a Palacio Nacional. Al llegar Lázaro Cardenas en 1934 se regresa al formato original del desfile que permanece hasta nuestros días.

Dentro del programa del desfile, el Presidente de la República, como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas realiza un pase de lista y posteriormente cada grupo de las milicias presenta sus maniobras militares, ya sean de caballería, infantería, aéreo, marina. Etc. y los jinetes de caballería brindaban un extraordinario espectáculo ecuestre.

En la década de los 50, se incluyó a la Fuerza Aérea, sin embargo, tras un accidente aéreo en 1995 se suspende su participación por 12 años hasta 2007 cuando se reintegran a este importante evento de unidad nacional.

Hoy en día los desfiles mas impresionantes se llevan a cabo en Rusia, China, Corea del Norte, Irán y Francia entre otros. México, a pesar de la pandemia, por segundo año realizará su desfile, pero sin permitir la asistencia masiva como en años anteriores.

En esta nota