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‘El buen mexicano en materia fiscal’

“No hay nada tan cierto en el mundocomo la muerte y los impuestos.”Benjamin Franklin

“No hay nada tan cierto en el mundo

como la muerte y los impuestos.”

Benjamin Franklin

El pasado 12 de septiembre se firmó un acuerdo entre el SAT y el Sector Empresarial, al cual le han llamado el “decálogo del Buen Mexicano en Materia Fiscal”, con objeto de trabajar en el combate al comercio informal.

En dicha reunión, Margarita Ríos-Farjat, jefa del Servicio de Administración Tributaria, mencionó que: “un buen mexicano comienza siendo cumplido, y que a propósito de las fiestas patrias, se deben retomar los valores, pues ella menciona que ser mexicano es ser decente, indicando que tiene que haber una fiscalización profunda en beneficio precisamente de los ordenados, de los cumplidos”.

De entre los puntos más destacables de este decálogo, están el compromiso ciudadano de estar localizable para el SAT, ser honesto con los ingresos y gastos que se declaran, denunciar a las empresas que venden facturas, revisión de los proveedores a fin de asegurarse de que no estén en el padrón de “contribuyentes con operaciones inexistentes”, revisar el origen de las mercancías que se adquieren, etc.

Este documento fue firmado por el CCE y su Presidente, Carlos Salazar Lomelín, quien mencionó que “Seis de cada 10 mexicanos viven en la informalidad. En una economía que evidentemente no crece, que evidentemente no tiene financiamiento, que evidentemente no puede tener capacidad de desarrollo”, lo cual es verdaderamente grave y retrata de cuerpo entero el tamaño de la evasión fiscal que sufrimos.

Adam Smith, en su libro titulado “la riqueza de las Naciones”, habla respecto de los 4 principios básicos que deben regir a todos los impuestos, los cuales son: Justicia, Certidumbre, Comodidad y Economía. El principio de justicia contempla que deben pagar más los que más tienen a través de reglas proporcionales y progresivas, el principio de Certidumbre es el que más se viola en México y se refiere a que el contribuyente debe conocer cuánto ha de pagar antes de colocarse en el supuesto de ley, sin embargo en México, por la cantidad de cambios en las leyes fiscales, nunca sabemos de cuánto será el pago de nuestras contribuciones hasta que prácticamente nos encontramos frente a la ventanilla del banco.

El principio de Comodidad se refiere al hecho de que el pago de impuestos debe ser algo simple y sencillo para el contribuyente, cuestión que nunca sucede, ya que siempre se convierte en una piedra en el zapato hacer el pago de los mismos y finalmente el principio de Economía que se refiere a que el aparato necesario para realizar cobro del impuesto debe ser menos oneroso que lo que se va a recaudar.

Qué bueno que tengamos estos pactos entre el gobierno y los sectores productivos, sin embargo, poco o nada se logrará si no contamos con esquemas sencillos que permitan incorporar a la economía formal a millones de personas que evaden sus responsabilidades de “Buen Mexicano”, como son los taxistas, vendedores ambulantes, lavacarros, etc., con objeto de que la carga tributaria sea cada día un poco más pareja entre todos.

Paguemos impuestos, pero todos.

* El autor es asesor empresarial en cabildeo

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