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El General no tiene tiempo

Respaldado en un impresionante curriculum en donde destacan diversas responsabilidades en los ámbitos militar, pero también en el civil, el general Gilberto Landeros Briseño regresa a Baja California investido por el propio presidente López Obrador como primer secretario de Seguridad Pública Ciudadana.

Respaldado en un impresionante curriculum en donde destacan diversas responsabilidades en los ámbitos militar, pero también en el civil, el general Gilberto Landeros Briseño regresa a Baja California investido por el propio presidente López Obrador como primer secretario de Seguridad Pública Ciudadana.

De hablar pausado, como si siguiera el ejemplo presidencial, el mílite acompañó a la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda en su conferencia semanal de los miércoles en donde atendió y respondió, o al menos intentó hacerlo, a los cuestionamientos de los representantes de los medios de comunicación.

Seguramente el General Landeros tiene muchos éxitos en su carrera militar en los que hay que destacar su participación en la lucha contra el narcotráfico en varias de las zonas más conflictivas del país, Tijuana, inclusive. No por nada ocupa un rango tan importante en la escala de las fuerzas armadas

Sin embargo y por desgracia, en nuestra entidad se le recuerda más por una cadena de errores cometidos en contra de Jorge Hank Rhon, personaje de trayectoria empresarial y política poco transparente, pero al que, hasta el momento, en nuestro país, no le han podido demostrar ni siquiera una falta administrativa. Vaya, ni una multa de tránsito obra en su expediente.

En Hermosillo, capital de Sonora y donde fungió como comandante de la Policía Municipal durante la administración panista de Célida López Cárdenas, hoy convertida al morenismo como secretaria de Turismo del vecino Estado, el General Landeros pasó con más pena que gloria y, como llegó, un día recogió sus cosas, se marchó y a su barco le llamó libertad.

Hoy la vida, la milicia, su experiencia, pero sobre todo, el capricho presidencial, le han dado una nueva oportunidad de servir a su patria desde una responsabilidad que se visualiza como todo un reto, pues su nombramiento representa una nueva esperanza para que la tranquilidad regrese a este violento e inseguro Estado.

El experimentado militar llega a la entidad en medio de no una, sino varias disputas entre cárteles de la droga, organizaciones de tratantes de blancas y traficantes de humanos, bandas de robacarros, que han dejado decenas de muertos en Tijuana, Mexicali y su Valle, particularmente.

La corrupción, aún en contra de la temeraria afirmación del presidente López Obrador de que ya se acabó, no solo persiste y se ha extendido, sino que se ha agravado en los cuerpos policiacos de todos los niveles, oficinas de ministerio público, juzgados, escalando con mayor fuerza en las instituciones militares.

Cierto que la investigación de los crímenes de alto impacto no está dentro de las funciones de la secretaría a su cargo, pero sí, como lo mencionó en la “mañanerita de Marina”, las de la inteligencia y la coordinación tanto con las corporaciones policiacas municipales como la Estatal, las federales y las militares.

Por lo pronto, la bienvenida en este 2022 no ha sido de lo mejor.

Cuerpos desmembrados, masacres en el Valle, granadas y mantas contra funcionarios judiciales, ejecuciones, asaltos al alza, secuestros exprés, cobros de piso al alza, pero, sobre todo, una evidente descoordinación en todo el aparato de seguridad y justicia, aderezado con la corrupción, que han permitido el empoderamiento de las bandas criminales.

El reto del General Landeros Briceño es enorme. El padrinazgo del presidente López Obrador resultará insuficiente si no comienza a convencer a la gobernadora Ávila Olmeda, con estrategia y acciones contundentes, que la suya fue una elección acertada y nada tiene que ver con el ya escandaloso proyecto de militarización “silenciosa” del presidente.

El General no tiene tiempo para prueba y error.

* El autor es periodista con 45 años de experiencia, licenciado en periodismo, asesor en comunicación y marketing político, consultor de medios.

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