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Destrucción

Hacia el año 1500 a.c. se origina el Imperio Persa. Éste es el resultado de la unión de los pueblos medos y persas. Las grandes conquistas persas se conseguirían en el reinado de Ciro. Ciro, que descendía de Achaimenes, y de ahí que a este imperio también se le denomine Aqueménida. Unificó a los pueblos de su reino y comenzó la conquista de los estados vecinos. El Imperio Persa conquistó Lidia, Babilonia, Egipto, Cirene e India entre otros estados. El Imperio estaba dividido en 20 provincias. Cada provincia tenía un sátrapa que era el encargado de dirigir los asuntos internos. Este sistema funcionó muy bien. El Imperio Persa llegó a su fin en el año 336 a.c. cuando Alejandro Magno aprovechó la debilidad interna del imperio. Pues estaba lleno de intrigas, revueltas y despotismo. Después de haber adoptado las modas de los países orientales que iban conquistando y olvidando poco a poco su espíritu original.  El Imperio Griego abarca desde el siglo XII a.c. hasta el año 146 a.c. en el que los romanos la convierten en una provincia de Roma después de someterla. La historia de Grecia está dividida en tres periodos: Primitivo, Grecia Clásica y Periodo Helenístico. Grecia exportó su cultura, política y conocimientos al resto del mundo. Además de su cultura, también debemos los juegos olímpicos a los griegos. La orografía griega no permitió que este imperio creciese unido y poderoso. Esto dio lugar al nacimiento de ciudades y estados independientes, llamados Polis, con una cultura muy similar y aunque siempre existió rivalidad entre las ciudades, éstas se unieron para luchar contra los invasores. Por ejemplo, en el año 490 a.c. cuando el Imperio Persa quería someter a Grecia en las llamadas Guerras Médicas. Grecia poseía un importante ejército, por un lado el ateniense y por otro el espartano. Alejandro Magno, rey de Macedonia venció a los persas y construyó un gran imperio que abarcaba desde el Mediterráneo hasta la India. El Imperio Romano fue uno de los más grandes de la antigüedad. Abarca desde el año 27 a.c. con la proclamación de Octavio Augusto como emperador. Hasta el año 476 d.c., con la desaparición del Imperio Romano de Occidente. Entre las obras arquitectónicas a destacar de esta época. Se encuentra el Coliseo Romano que fue mandado construir en la época de los emperadores de la dinastía Flavia. La característica principal de estos imperios fue, que una vez que conquistaban territorios no destruían las artes, la cultura ni imponían su religión, ni mucho menos destruían ni saqueaban las ciudades, acervos culturales, científicos o las instituciones y universidades, buscaban integrarse con los pueblos conquistados haciendo obras que garantizaran el bienestar de los habitantes de los territorios conquistados, prueba de ellos son las grandes obras de la antigüedad que aún existen en todos los territorios que fueron ocupados por ellos. Sin embargo en la conquista de México los soldados españoles, la mayoría de ellos iletrados e incultos, saquearon y destruyeron a su paso todo lo que encontraban, ciudades, templos, documentos, obras de arte etc. En el Mexico actual no es destruyendo las instituciones, o dejando de construir lo que quedó inconcluso y que no sirve porque hubo corrupción, a los que cometieron actos de corrupción que se les juzgue y condene, pero no es deteniendo las inversiones por sospechas de corrupción como se enfrentaran los retos del siglo XXI para que los que habitamos este país tengamos una mejor calidad de vida.

 

 

*- El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.

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