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De corruptos y tapaderas

Si hay algo en nuestro país que es abundante y sumamente productivo es, sin duda alguna, la corrupción.

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Si hay algo en nuestro país que es abundante y sumamente productivo es, sin duda alguna, la corrupción. En cualquier ámbito en el cual nos introduzcamos, encontraremos las señales de la tergiversación, omisión o violación de las leyes, en beneficio de un individuo o un grupo de personas. Quienes detentan una posición gubernamental de importancia, aprovechan cualquier situación para llevar dineros a sus bolsillos. Sin embargo, los beneficios no tienen que ser únicamente económicos, pueden también ser del orden político. Este es el caso que se está presentando en los Estados Unidos con Donald Trump. La caída casi vertical que está teniendo con las preferencias del electorado es tan abrumadora, que ya se manifestó como persona non grata para los votantes. Dijo esta semana que pasó, que sabía que había muchos que no lo querían a pesar de ser tan excelente persona.

Aunque ya sabe cómo viene la ola de votos en su contra, ha estado buscando la forma de calificar como fraudulentos los resultados, aunque las elecciones serán hasta noviembre. Alega que los votos por correo están amañados, y serán la principal vía de fraude. Como sus propios correligionarios han estado siendo críticos de su comportamiento como gobernante, y de sus baladronadas, ya comenzaron a manifestarse a favor del candidato demócrata algunos, y otros solo se muestran en desacuerdo. Ahora la táctica de Trump es modificar la fecha de las elecciones, alegando inconsistencias y condiciones desfavorables para su candidatura. De manera que, tanto demócratas como republicanos ya negaron la posibilidad de que esto suceda. El corrupto de Trump está chocando con quienes buscan preservar la legalidad.

En Baja California Jaime Bonilla Valdez, gobernador del Estado, está persuadiendo a los diputados de la XXIII Legislatura de modificar el periodo de gobierno para la siguiente gubernatura, a pesar de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación acaba de manifestar que los periodos subsecuentes, serán de seis años. Bonilla busca preservar la permanencia de Morena en el gobierno. Con los diputados no tiene ningún problema, las legislaturas han sido, sexenio tras sexenio, una olla de corruptos ávidos de dinero, que se olvidan de su principal función: hacer leyes y promover su respeto irrestricto.

Los ciudadanos debemos encontrar el método y las acciones necesarias a instrumentar para modificar la lógica de la funcionalidad de esta instancia de gobierno. Los diputados demuestran vigorosamente que van a votar como siempre, desde su punto de vista personal para beneficiarse. Como lo hicieron con la ley que les permite hacer campaña sin solicitar permiso. ¡Una verdadera infamia legal! Lo gandallas no les ha salido de repente, siempre han aprovechado las circunstancias para lucrar, y lo van a seguir haciendo. Si a los ex diputados y a los actuales se les investigara financieramente, partiendo de su declaración inicial y los bienes con los cuales terminaron sus administraciones, habría suficiente evidencia de sus corruptelas. Han desarrollado a la perfección su calidad de tapaderas de la corrupción. Aquí en Tecate, tenemos ejemplos claros como el chabacano ex diputado Juan Vargas Rodríguez, que solo fue un vulgar levanta dedos, o el ex diputado Benjamín Gómez Macías, vergüenza para los tecatenses, que primero denuncia a los morenistas y después les besa los pies promoviendo una ley que los beneficia. Vale.

*El autor es Lic. En Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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