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Cuidado, gobernadora

Si en el gobierno de Marina del Pilar Ávila y en el colectivo bajacaliforniano se quiere establecer la idea de que Jaime Bonilla Valdez está contra las cuerdas y de que la justicia terminará por llevarlo a la cárcel, lamento adelantarle que no será así.

Si en el gobierno de Marina del Pilar Ávila y en el colectivo bajacaliforniano se quiere establecer la idea de que Jaime Bonilla Valdez está contra las cuerdas y de que la justicia terminará por llevarlo a la cárcel, lamento adelantarle que no será así. El exgobernador no será tocado ni con el pétalo de una hoja de averiguación previa y si acaso, para compensar ese reclamo social, podrían convertirse en huéspedes VIP de alguno de los Ceresos en el Estado, dos o tres charalitos, pero ni un tiburón. La tarraya de la Fiscalía a cargo de Ricardo Carpio, no dará para más.

Y es que el exgobernador no visitará las instalaciones que dirige la licenciada María Elena Andrade, porque el sistema está hecho para que así ocurra. Bonilla es uno de los activos consentidos del licenciado presidente López Obrador a quien intentará, por todos los medios posibles e imposibles también, regresarlo al Senado de la República para que recupere el fuero y sea de nuevo intocable. Tal vez no le dio ningún espacio en su gabinete, pero tampoco dejará que su best friend, ese que le pagó parte de la campaña y que lo llevaba al Petco Park en San Diego a disfrutar del deporte de sus amores, el beisbol.

Pero además hay algo que no quiere verse y que ni siquiera se ha mencionado en esa ceguera que producen el intenso humo distractor que sale en las conferencias de prensa de los miércoles. Bonilla no es ningún tonto. Podrá ser todo lo que usted quiera, mande y guste, pero tenga la certeza que el exgobernador no firmó ningún documento que lo pueda relacionar con ese mega fraude de Next Energy en contra de los bajacalifornianos, como tampoco aparecerá su firma en ningún otro contrato o intención de negocio que involucre a la pasada administración estatal, como no estará la del exsecretario de Gobierno, Amador Rodríguez Lozano. Insisto, podrán ser ladrones, pero no tontos.

Eso sí, por si las dudas, Bonilla y su pandilla han venido llevando a cabo un plan alterno que podría ser visto como un negocio personal económico productivo, si es que le resulta redituable, pero que más bien se construye como un espacio estratégico para mantenerse en el colectivo bajacaliforniano y desde ahí, mandarle decir diariamente, a toda hora, por radio, televisión y redes sociales, “cuidado gobernadora, con nosotros no se meta”. Son espacios de defensa, si, pero soportados en el ataque constante, permanente y creciente en contra de las acciones del gobierno de Marina del Pilar que sigue con sus ya excesivas apariciones tiktokeras y en redes sociales con cortes de listón, festejos, inauguraciones y anuncios espectaculares, dándoles material diario a sus enemigos políticos.

Son precisamente los más cuestionados exfuncionarios estatales, esos que dejaron temblando la administración pública estatal, los que aparecen a cuadro y toman el micrófono para denostar, sin recato alguno, al actual gobierno. También es cierto que la administración estatal no está exenta de fallas y hay tiene muchas materias pendientes por resolver, entre ellas el de la inseguridad y los feminicidios, pero que hasta el momento ha sido mejor al que encabezó Bonilla y del que formaron parte los ahora improvisados opinadores. Al menos, existe un diálogo con sectores lastimados por el gobierno anterior entre ellos los empresarios, sin olvidar, incluso, a sus favorecidos.

No sabemos, si la gobernadora tiene ya definida alguna estrategia para atender ambos escenarios, tanto el legal como el de ataques mediáticos, porque al final de cuentas ambos están estrechamente vinculados. Después de todo, lo que Bonilla pretende es, como ya lo advertimos aquí, seguir siendo el gobernador paralelo, con lo que extendería su mandato a ocho años. Ni dos, ni cinco ni seis. Ocho.

Ya dependerá de Marina si se lo sigue permitiendo o encuentra antes la forma de quitárselo del camino, con o sin la ayuda del licenciado presidente, para que le permita gobernar.

*El autor es Periodista con 45 años de experiencia, licenciado en periodismo, asesor en comunicación y marketing político, consultor de medios.

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