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Cuando los abrazos ya no alcanzan

In Memoriam: Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar “Un necio encuentra siempre otro necio aún mayor que le admira.” NICOLAS BOILEAU

Independientemente de si se trata de religiosos o no, fueron personas que dedicaron su vida al servicio de los demás, dejando atrás familia, amigos, terruño, etc., habiendo abrazado la causa de los más pobres para darles un poco de esperanza, de ayuda y de formación cristiana.

Efectivamente, sin importar si eran musulmanes, judíos, adventistas del séptimo día, mormones o católicos; los jesuitas asesinados, junto con el guía de turistas Pedro Heliodoro Palma, fueron seres humanos, gente de bien, que ayudaban a otros a salir adelante y su muerte, en manos de un chacal apodado “El Chueco”, quien contaba con órdenes de aprehensión que, desde la administración del gobernador de Chihuahua, Javier Corral, nunca se ejecutaron, generan un sentimiento de tristeza y coraje.

Efectivamente, nadie hizo algo por capturar a este sujeto que tiene en su haber innumerables delitos y en una demostración de total impunidad, se da el lujo de patrocinar un equipo de beisbol, siendo precisamente una disputa por un juego de beisbol que el equipo del Chueco perdió, lo que dio origen a una serie de asesinatos que culminó con la muerte de los sacerdotes.

Estos asesinatos, han conmocionado a todos los sectores de la sociedad y han sido motivo de indignación, como lo mencionó Javier Ávila, el párroco de Creel que en la misa de cuerpo presente le reclamó al presidente diciéndole que: “Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”.

Adicionalmente, el Papa Francisco, quien también es jesuita, mandó un mensaje de consternación y tristeza, pero fue más allá al mencionar que: “Hay tantos asesinatos en México…”, lo cual hace ver que solo los políticos mexicanos no entienden la gravedad del problema.

A mayor abundamiento, están las declaraciones del Cardenal, Arzobispo de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, quien mencionó que hace una semana fue retenido por narcotraficantes, durante una visita a la zona norte del estado de Jalisco, pero fue más allá al mencionar que en los pequeños pueblos, cuando se va a organizar la fiesta patronal, primero se debe pedir permiso a la mafia, la cual autoriza la fiesta patronal a cambio de que se les otorguen la mitad de los ingresos y todo esto, frente a la mirada cómplice de las autoridades.

El Cardenal, mencionó; “No pedimos que maten a alguien con balas, solo pedimos que apliquen la ley”. ¡Qué gran verdad!

De acuerdo con cifras del gabinete de seguridad federal, mayo cerró con un repunte de 16% en los homicidios dolosos, pasando de 2,131 muertes en abril a 2,472 en mayo; sin embargo, no se ve una política clara, objetiva y contundente del gobierno federal para acabar con este flagelo que ahora, además de cobrar tantas vidas, cobra “derecho de piso” hasta a las iglesias.

De acuerdo a datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en los 3 años y medio del actual gobierno, se llevan contabilizados 121 mil 655 asesinatos, y pese a ello, el presidente asegura que la estrategia en materia de seguridad no se cambiará porque “se está avanzando” y que sus abrazos, no balazos son la mejor medicina para acabar con este mal, a pesar de que los abrazos, como hemos visto, ya no alcanzan.

*- El autor es asesor empresarial en cabildeo.

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