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Contraloría social

“Las verdaderas columnas de la sociedad 
son la verdad y la libertad.”Henrik Johan Ibsen

“Las verdaderas columnas de la sociedad 
son la verdad y la libertad.”

Henrik Johan Ibsen

Ahora que tenemos frente a nosotros un cúmulo de actos de corrupción que parece que no tienen fin, vale la pena replantearse este proyecto que ha nacido de la sociedad y que se le ha llamado Contraloría Social.

Se trata de ese movimiento de grupos sociales que vigilan el cumplimiento de la ley por parte de los funcionarios públicos. Los grupos intermedios, juegan en la democracia un papel cada día más importante llamado en inglés «Accountability», es decir, la vigilancia de la responsabilidad pública y el control de quienes ejercen el poder democráticamente.

La corrupción pública, se puede disminuir o eliminar cuando los grupos intermedios tengan fiscales sociales especiales, en la búsqueda y denuncia de corrupciones generales del sistema. Dichas corrupciones, les afectan en un área concreta y se pueden documentar con absoluta veracidad y sentido, para exigir cambios y justicia en casos concretos.  El “accountability” es también un nuevo descubrimiento de algo que ya se hacía en la Edad Media, antes del absolutismo y mercantilismo de Estado.

Debemos decir que el concepto de la “vigilancia social desde abajo”, el “accountability”, era práctica medioeval corriente desde los grupos intermedios o grupos de Iglesia, que vivían parando el alto a los abusos de poder que podían. Basta leer comedias clásicas como Fuenteovejuna, para darse cuenta de que los grupos menores podían juzgar los desmanes de los nobles y de los burócratas de la época. Ellos contaban con el apoyo del rey y de la ley, que en ese tiempo (aún no había absolutismo) tenía que respetar los fueros de los reinos y de las provincias, pactar con los gremios y solicitar licencia para aumentar los impuestos. Los alcaldes y las incipientes sociedades intermedias (gremios, etc), tenían autoridad propia desde abajo, democrática, no por concesión del rey. Podían enjuiciar a los malos funcionarios reales aun con la pena de muerte y los reyes las respetaban incondicionalmente.

Por lo tanto, es necesario que la sociedad cuente con una vertebración social que consiga el ahora llamado “empoderamiento” desde las bases de la comunidad familiar, empresarial (patronal y obrera), escuelas, universidades y los medios de comunicación, que organizados socialmente sin fines partidistas y con independencia total de intereses externos, guiados sólo por el bien gremial de sus asociados, tengan la fuerza suficiente de cabildeo y de opinión pública.

Es conveniente insistir que las asociaciones intermedias no son solamente “no gubernamentales”, también son grupos que cuidan el no estar casados, cooptados o dependientes de partidos políticos, de instituciones (lo que debilita la democracia) y menos aún con intereses políticos extra territoriales. Estos últimos, las convertirían en una forma de penetración e injerencia política, como lo fueron algunas asociaciones en el pasado. Recordemos que la democracia sólo puede madurar y perdurar cuando la sociedad organizada es capaz de crecer y desarrollarse por sus propias fuerzas, por encima del gobierno, de los partidos y de los políticos.

Frente a la podredumbre que vivimos como el caso de Genaro García Luna y otros, es importante desarrollar el concepto de Contralorías Sociales que apoyen en la lucha contra la corrupción e impunidad.

*El autor es asesor empresarial en cabildeo

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