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Ciudadanía corporativa

“El precio de la grandeza es la responsabilidad.”WINSTON CHURCHILL

“El precio de la grandeza es la responsabilidad.”

WINSTON CHURCHILL

“Ciudadanía corporativa” o Corporate Citizenship es una expresión que poco a poco se escucha más en las salas de consejo, al mismo tiempo que gana interés entre la fuente empresarial y las organizaciones sociales. Con frecuencia se intercambia por conceptos más conocidos, como “responsabilidad social empresarial” o “filantropía”, sin embargo, el concepto va más allá de eso.

Según el propio Foro Económico Mundial, la define como: “la contribución que hace una compañía a la sociedad a través de sus principales actividades, inversiones sociales, programas filantrópicos y su compromiso con las políticas públicas” (http://www.weforum.org/en/initiatives/corporatecitizenship/ index.htm).

Se trata pues de un concepto incluyente, que inicia cuando la empresa se decide a hacer buenos negocios y negocios buenos, de modo que efectivamente el primer nivel de la responsabilidad social empresarial coincide con el primer nivel de la ciudadanía corporativa, pues lo primero es que genere y ofrezca productos de calidad a sus clientes, que retribuya honestamente a su gente, que cuide la calidad de vida de quienes le ofrecen su tiempo y trabajo, que compita limpiamente, que pague dividendos interesantes y contribuya a través de los impuestos para compartir la carga del gobierno a favor del bien común.

Otro concepto que se incluye en la ciudadanía corporativa tiene que ver con la inversión social. Esto es que cada empresa hace la mejor inversión en la sociedad cuando pone en ella lo que le es más propio —su experiencia, su talento, su patrimonio peculiar— y al mismo tiempo vela por el máximo beneficio sobre la sociedad. El criterio, pues, es doble: beneficio empresarial y beneficio social.

Dicho de otro modo, un ciudadano es tan responsable de la cosa pública como cualquier político, porque se trata del tema común, de aquel ámbito en el que se juega la posibilidad misma de que cada empresa (cada ciudadano corporativo) pueda actuar conforme a la ley.

Otro elemento es el compromiso con las políticas públicas, pues las empresas no pueden estar apartadas del quehacer social en su comunidad y por lo tanto es imprescindible que participen con las distintas sociedades intermedias para lograr los objetivos comunes, como apoyos a comunidades marginadas, niños de la calle, etc. En un mundo globalizado y tremendamente polarizado como el de hoy, donde una importante porción de la sociedad no sólo no cuenta con los medios de superación, sino que no puede acceder a ellos, la filantropía juega un papel crucial.

Toda empresa socialmente responsable en México, debe crear el máximo valor social posible, pero además tiene que tiene que operar cuidando promoviendo la calidad de los empleos y la distribución de la riqueza, comenzando por el pago de mejores salarios.

Pero lo anterior no es suficiente, pues las empresas socialmente responsables también deben promover la educación, la ciencia y la tecnología como mecanismos para lograr el desarrollo de la comunidad. También debe promover el respeto al medio ambiente y la erradicación de la ilegalidad y la corrupción en México.

Resulta de gran importancia el fomento de la ciudadanía corporativa en nuestro país, porque sin ella las empresas no harán su parte y no contribuirán al impostergable deseo de contribuir al desarrollo de México.

*El autor es asesor empresarial en cabildeo

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