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Casillero

“No hay riqueza más peligrosa que unapobreza presuntuosa.” SAN AGUSTÍN

Parafraseando al economista francés, Thomas Piketty, autor del libro: “El capital en el siglo XXI” (FCE), es urgente revisar las razones por las cuales crece el abismo entre pobres y ricos, desmesuradamente. Piketty, considera que esta desigualdad ha crecido mucho, en especial durante las últimas tres décadas, a causa de diferentes reformas impositivas destinadas a beneficiar a los grandes capitales para aliviar sus cargas tributarias y como ejemplo podemos citar la venta de Banamex a Citibank hace décadas, operación que no generó pago alguno de impuestos o el caso de los litigios eternos de otros magnates mexicanos que se niegan a tributar como cualquier otro ciudadano.

El caso es que la desigualdad aumenta a pesar de los programas sociales que se implementan en la mayoría de los países.

El asunto es que, más allá de principios de justicia social, es necesario redistribuir mejor porque la desigualdad es un obstáculo para el desarrollo de los países y las sociedades. Por ello Piketty considera que se tiene que evaluar la eficacia de los gastos sociales en salud y educación, los sistemas de jubilación, etc. En México, después de un 2020 en el que la economía mexicana experimentó su recesión más profunda en siete décadas, con una contracción del PIB de 8.2%; el 2021 parece que cerrará sin grandes resultados y solo nos han salvado los precios del petróleo y un milagroso crecimiento de remesas que están por llegar a los 50,000 millones de dólares anualizados al cierre de diciembre 2021.

Para este 2022, las cosas tampoco pintan bien para México, el Fondo Monetario Internacional recortó de 4 a 2.8% su estimación de crecimiento y frente a esto el reparto de la riqueza sigue siendo inequitativa. Según el Banco Mundial, dos terceras partes de la riqueza están en manos del 10% más rico del país y el 1% de los muy ricos acaparan más de un tercio.

Aunado a lo anterior, el 7 de diciembre pasado, el periódico El Financiero, publicó un estudio, por medio del cual se pone en evidencia la enorme concentración de la riqueza en México. Se establece que el 10 por ciento de las personas más ricas tienen 30 veces más ingresos que el 50 por ciento de los más pobres.

El “World Inequality Report 2022”, este estudio, realizado por el Laboratorio de las Desigualdades Mundiales, detalla que sólo el 50 por ciento de la población más pobre concentra 9.2 por ciento de los ingresos nacionales en México. Según el Informe Regional de Desarrollo Humano 2021 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), señala que, tanto en Chile como en México, la desigualdad en la riqueza se ha incrementado en el 90% de la población siendo la desigualdad mayor entre los más ricos.

Por ello se puede entender que en ambos países la izquierda ha llegado como una esperanza para millones de personas que han visto disminuidos sus patrimonios merced a regímenes frívolos del pasado que solo beneficiaron a los más ricos. Un dato final, dicho informe regional señaló que América Latina es la segunda región más desigual del mundo, solo superada por los países de África subsahariana y el Caribe.

*- El autor es asesor empresarial en cabildeo.

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