Carta para Darío Benitez
Esta no es una misiva que valla con la intención de darte la bienvenida.
Por el derecho a la libertad de expresión
Esta no es una misiva que valla con la intención de darte la bienvenida. Creo que las cartas de ese tipo son enviadas a familiares y amigos a los cuales se les quiere desear una buena estancia. En este caso en particular Darío, van las preocupaciones de un ciudadano que ha intentado siempre, opinar acerca de cómo se dan las cosas en nuestra ciudad, estado y país. Es al mismo tiempo, el análisis muy elemental de los asuntos impostergables que han convertido a Tecate, en una ciudad peligrosa, sucia y abandonada, con funcionarios valemadristas y exfuncionarios enriquecidos ilegalmente con nuestros recursos financieros. A estas características negativas, tu administración pública, está obligada a entrarle de frente y con decisión, para al menos, hacer descender los niveles de negatividad que tenemos. Siendo realistas, no podemos aspirara que se terminen los problemas, pero si, a que se dé inicio una etapa de modificación de las condiciones actuales.
En primer lugar, cualquier acción que se intente llevara a cabo, debe ser desarrollada dentro del marco de la violencia y la delincuencia. Siendo una ciudad media, tenemos un índice de peligrosidad muy alto. Los riesgos de vivir aquí, por consiguiente, la convierten en poco atractiva para establecer la residencia familiar. De la misma manera, el índice de inversión extranjera directa para Tecate está condicionado a las actividades de la delincuencia organizada, con una presencia muy activa en nuestra ciudad. Aunque sé que no te corresponde luchar contra ella, sí deberías iniciar un proceso efectivo y no simulado, de investigación al interior de la corporación policíaca municipal. El asesinato de cinco agentes y el de un regidor en funciones, evidencia hasta dónde está metido el crimen organizado en la ciudad.
Nuestra metrópoli está inmersa en una anarquía de tal envergadura que, desde el escenario urbano, tenemos un valemadrismo declarado. La urgencia de arreglar las calles es total y definitiva. Las repercusiones de no hacerlo van desde las de salud, por el excesivo polvo que daña nuestras vías respiratorias, hasta la destrucción de nuestros automóviles y el incremento de accidentes viales. El excesivo barullo provocado por la violación constante al reglamento contra el ruido, el tránsito libre y abusivo de las escandalosas motocicletas por toda la ciudad, más la música estridente a todas horas, exigen que se refuerce con vigor el respeto al citado reglamento.
Cierro esta misiva recordándote que la constante referencia que hacías contra la corrupción, y que a López Obrador parece habérsele olvidado, la traemos los ciudadanos dándonos vueltas en la cabeza. No podemos entender por qué, Javier Urbalejo, César Moreno y Nereida Fuentes, expresidentes municipales, siguen sin ser formalmente investigados. En este asunto ya veremos hasta dónde te llegan los tamaños. Por último, te refrendo que tengo la esperanza de que seas honesto, y tengas la dignidad de ser congruente con las consignas que manejaste durante la campaña. Los ciudadanos merecemos mejores épocas porque hemos dado lo que nos corresponde para vivir bien. Si tu y tu equipo nos muestran entereza y disposición, los apoyaremos hasta donde sea posible. Si no lo hacen, los traeremos de la cola. Vale.
* El autor es Lic. En Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.
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