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Bienvenida Karla

Ayer regresaste a la presidencia municipal de Tijuana, supliendo Arturo González y de corazón te deseo todo el éxito al que le URGE a nuestra ciudad.

Ayer regresaste a la presidencia municipal de Tijuana, supliendo Arturo González y de corazón te deseo todo el éxito al que le URGE a nuestra ciudad. Para lograrlo, tendrás que hacer las cosas de una manera muy diferente a lo que han hecho varios alcaldes anteriores, ya que estamos fracasando como ciudad en muchas de las obligaciones del ayuntamiento y eso afecta a lo todo lo demás. Obviamente, no pretendo culpar a los alcaldes que ya se fueron, pero si hacerlos responsables de sus acciones u omisiones. De esta misma manera serás juzgada por tus gobernados, y siento decirte que desgraciadamente el QUERER a Tijuana no es ni será suficiente para cambiar el rumbo que llevamos como ciudad y para abatir los rezagos y problemas que no permiten que nuestra ciudad y los ciudadanos realicemos nuestro gran potencial. Si me permites en este breve espacio, te comparto mi breve opinión.

Tijuana es una ciudad atípica, que aún en plena pandemia y grave crisis económica global, hemos podido no solo mantener el empleo, sino crecer. Muy pocas ciudades del país pueden presumir lo mismo; sin embargo, pudimos crecer más. Según datos de ARHITAC publicados a finales del año pasado y producto de una encuesta entre las empresas agrupadas (principalmente maquiladoras), donde se encuestaron a alrededor de 100 de sus miembros, en ese momento habían más de 25,000 puestos de trabajo disponibles en Tijuana por llenar. Normalmente en otros tiempos, esas plazas eran llenadas por personas de otras regiones del país que llegaban -como muchos de nosotros- a vivir temporalmente a Tijuana para después descubrir la nobleza de la ciudad y las grandes oportunidades que ésta brinda a todos para definitivamente quedarse a vivir aquí. Esta atracción de talento de todo México y muchas partes del mundo ha hecho de nuestra Tijuana y la región una verdadera potencia mundial. Sin embargo, ahora resulta muy difícil no solo atraer el talento que necesitamos, sino que dificulta retener al talento que ya está aquí: Los problemas de la ciudad crecen, y la calidad de vida es cada vez peor. Entre los inhibidores que me comentó el presidente de ARHITAC para que podamos atraer el talento humano que hoy requiere la industria de la ciudad, primeramente, está el complejo tema de seguridad y violencia y en segundo grado la escasez de vivienda para alojar a estos trabajadores. Aunque existen varias decenas de viviendas populares abandonadas o desocupadas en la periferia, no es viable vivir ahí ya que la promesa no cumplida de modernizar el transporte publico y prestar un servicio económico, seguro y rápido a los ciudadanos no lo permite. A cambio, los gobernantes en turno responsables municipales del tema, históricamente han cedido a los intereses de los dirigentes transportistas perpetuando el modelo de operación del transporte que favorece el negocio de los concesionarios y permisionarios en detrimento de la economía, seguridad y salud de los usuarios, convirtiendo al tema de movilidad y transporte en un lastre para el desarrollo de la ciudad, empujando a la gente a resolver sus problemas de movilidad con vehículos “chocolate” ilegales que terminan saturando nuestras calles. ¿Y el SITT? Es un elefante blanco que se llevó intencionalmente al fracaso, nos ha costado mucho y será casi imposible rescatar.

Se me termina el espacio, pero creo que hay muchas cosas que hacer. Por favor rodéate de gente competente, fortalece a los empleados de base del ayuntamiento donde hay mucha gente valiosa y con experiencia que requiere ser escuchada y tiene mucho que aportar; concéntrate en hacer alianzas con la sociedad civil y con el sector empresarial, en conjunto creo que en corto plazo podemos llenar esos puestos de trabajo disponibles y construir las viviendas que hacen falta para realizar nuestro potencial y con ello, empezar a revertir la tendencia negativa y transformar Tijuana para bien.

* El autor es arquitecto tijuanense, pro ciudades compactas.

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