Asesinaron a Lourdes
Conocí a Louuuuuurdes Maldonado recién llegada a Tijuana en 1990.
Conocí a Louuuuuurdes Maldonado recién llegada a Tijuana en 1990. Confieso que en ese momento no me caía bien. Recién iniciaba con mis labores como publirrelacionista de un organismo privado y no entendía que su labor, como periodista, no era caerle bien a nadie sino generar la noticia. Poco a poco lo entendí y comprendí su rigidez, lo incisiva, lo acuciosa que era por encontrar la verdad y que ese era su trabajo, que no solo le gustaba, sino que lo hacía muy bien.
Aquella época en Televisa (y en los muchos medios en los que trabajó posteriormente) hizo muchos reportajes que te ponían a temblar. Tenía el foro pero además las agallas para hablar de lo que fuera, con quien fuera y en el escenario que fuera. De admirarse, sin duda.
Antier la asesinaron. No sabemos por qué. Aún no hay líneas de investigación concretas o anunciadas. Solo sabemos que acababa de ganar un juicio de 7 años contra una televisora local por salarios caídos y había dicho ante el mismísimo Presidente de la República, que temía por su vida por ese juicio.
Con este asesinato, certero, cruel, a mansalva, se ratifica lo que el gremio de comunicación ha dicho por años: en México es casi heroico ser periodista. Uno de verdad, no un pasquinero, claro está. Nuestro país se encuentra en el TOP 5 de territorios donde ejercer el periodismo es una actividad altamente peligrosa.
No conocía personalmente a Margarito Martínez, el fotoperiodista asesinado hace una semana, pero es obvio que algo muy malo está pasando en la región cuando, no solo no se detiene la ola de violencia cuando, con estos crímenes, se comprueba que ya no solo se “están matando entre ellos” como suele decirse entre los pasillos del poder y muchas veces justificamos los propios ciudadanos.
Da coraje saber que una carrera fructífera como las de los periodistas asesinados se trunque por ejercer su trabajo o que se sospeche que por ello pasó, pero da mas coraje tener la certeza de que nada va a esclarecerse y que nadie será detenido como autor intelectual de estos asesinatos.
Un experto en seguridad me decía hoy mismo que él visualiza una clara desestabilización del gobierno por parte del crimen organizado mas que cualquier otra línea de investigación que pudiera darse, pero, volvemos a lo mismo, es una especulación que mucho tiene de lógica.
Lo mas importante, creo yo, es lo que vamos a hacer los ciudadanos ante estos crímenes. La apatía y la indiferencia ha sido la marca de la casa en casi todos los casos, pero creo que esto ya no debe – ni puede- seguir así.
Es obvio que ningún gobernante tiene la capacidad de prever un asesinato (por mucho que nos “vendan” esa idea), pero si puede, dentro de sus capacidad legales, crear un ambiente de certeza en la persecución de criminales y abatir los índices de impunidad con la que se manejan. En un estado donde nadie hace nada por castigar los delitos, hay una invitación abierta a seguirlos cometiendo.
Por eso no podemos quitar el dedo del renglón. Atrás deben quedar los pleitos políticos de los distintos ámbitos de gobierno porque de nada le sirven a la ciudadanía que solo queremos vivir en una región próspera, donde se pueda salir a la calle con tranquilidad y recibir los beneficios de una gran ciudad. Descansen en paz Lourdes y Margarito.
* El autor es empresario, turistólogo y un enamorado de su ciudad.
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