Arréstelo usted
No cabe duda de que la ley en nuestro país es un asunto de muy poca importancia para cualquier autoridad.
Por el derecho a la libertad de expresión
No cabe duda de que la ley en nuestro país es un asunto de muy poca importancia para cualquier autoridad. La elasticidad que tiene es, además, dependiente del estado de ánimo con el cual amanecieron quienes deben de impulsarla o de exigir su cumplimiento. No hay un solo espacio de las interrelaciones sociales, en el cual, de manera cotidiana, nuestro marco jurídico no sea objeto de una conducta irrespetuosa. Alguna vez, de manera atrabiliaria o iracunda, hemos protestado de viva voz exigiendo el cumplimiento de las ordenanzas civiles que nos deberían proteger, pero a quienes les hemos demandado su cumplimiento, eso no les provoca ninguna reacción. Son inmunes a las protestas cívicas. Al menos esto es lo que pasó durante un accidente vehicular en Tecate.
El día 4 de diciembre un policía municipal andaba transitando en su pick up por la avenida Juárez, que es la vialidad principal, cuando de manera increíble se fue de frente en contra de una serie de motocicletas estacionadas correctamente a orilla de la banqueta. El asunto pudo haber tenido resultados gravísimos si hubiera sido un ciudadano común y corriente, porque le hubieran fincado faltas administrativas graves, pero también, hubiera tenido que comparecer ante la Agencia del Ministerio Público, por conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas.
El accidente fue atendido por la unidad de Peritos de Tránsito, encargados de evaluar la situación de manera legal. Por supuesto que los testigos oculares y los que tuvieron daños en sus motocicletas, estuvieron pendientes de las acciones de los agentes. Fue por eso por lo que nos enteramos de que al policía no se le arrestó, y cuando los ciudadanos presentes les exigieron a los peritos de tránsito que procedieran, les contestaron, “arréstenlo ustedes que la ley les permite hacerlo”.
La enorme corrupción existente en las corporaciones policíacas es tan evidente, que ya forma parte de las actividades cotidianas que en ellas se efectúan. Los policías tienen el poder de hacer lo que quieran, sea dentro de la ley o fuera de ella, sin que haya consecuencias para ellos. Este caso del accidente en mención es peccata minuta, contra todo lo que ha de suceder allí dentro. Un amigo de mi hijo, al cual nos encontramos de manera casual nos contó, que fue golpeado de manera salvaje por un policía que lo aprehendió sin ninguna razón. Se lo llevó a la comandancia y allí lo golpeó al grado de tener que ir al médico, quién determinó que tenía heridas tan graves que tardarían más de 15 días en sanar. Hizo una denuncia ante la Agencia del Ministerio Público y está esperando resultados.
Esos asuntos de las agencias policíacas y de los Jueces municipales debe ser revisado profundamente, con el fin de obligarlos a realizar un trabajo justo y legal, para así eliminar las injusticias cotidianas que siempre afectan a la gente de escasos recursos económicos. Aunque el asunto del policía borracho no es grave, sí debería ser castigado con vigor, pues es una de las supuestas faltas que deben castigarse vigorosamente y reforzar su cumplimiento entre la ciudadanía. Si lo premiaron en lugar de castigarlo, pues vamos derecho hacia la anarquía. Vale.
*El autor es Lic. En Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí