Apoyo a Colectivo de búsqueda

México vive una crisis de violencias y violaciones a derechos humanos, incluido el fenómeno de la desaparición de personas. Desde 2007 a la fecha, se cuentan más de 100.000 personas desaparecidas y no localizadas. En el caso del Estado de Baja California, la situación no es diferente; según datos oficiales proporcionados por la propia Fiscalía General del Estado de Baja California de 2007 al 31 de diciembre del 2021, se contabilizan 14,426 personas desaparecidas

En el contexto de las desapariciones, Tijuana también es una de las ciudades del país donde se concentra una mayor incidencia, seguida de Mexicali, así lo aseguro en su memento el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, en febrero de 2019.

El estado de Baja California es un caso sui generis, más allá de la lucha entre cárteles que por años se han disputado la plaza y el control de la zona fronteriza en Tijuana, la desaparición de personas en Baja California se ha sumado a los diversos modus operandi que involucran a los grupos de la delincuencia organizada y a agentes estatales, tanto por participar directamente como por permitir que dichos hechos estén a la vista. Con el pretexto de combatir al narcotráfico se han llevado a cabo detenciones arbitrarias, desapariciones y ejecuciones extrajudiciales. En este contexto, la desaparición puede entenderse como un ejercicio de poder, en donde ciertos sujetos accionan sobre otros con la finalidad de dañar y destruir la individualidad humana.

Si bien la violencia puede responder parcialmente a la interrogante de ¿Por qué desaparecen las personas?, hay otras situaciones en BC que hacen de este fenómeno algo particular. Al ser un estado fronterizo cuya cruce es fundamental para el tráfico de drogas y de personas, posibilita que la desaparición ocurra con multas de explotación laboral, pero también por motivos de disputa territorial entre grupos del crimen organizado. Sumado a esto, las mujeres son un grupo vulnerable, tanto por la trata de personas como por la violencia de género. Para entender este problema, es necesario revisar las características sobre sexo y edad de las personas que desaparecen.

Resulta loable el esfuerzo de los colectivos de búsqueda, pero también requieren de apoyos y es por ello que el Juez de Distrito José Rivas González y el Regidor Juan Carlos Hank convocaron a una amalgama de Forenses, compañeros de trabajo, Defensores de Oficio, etc., para brindar ayuda a un colectivo de búsqueda que consistió en Sombreros tipo safari con cubre nuca, agua embotellada y electrolitos en polvo, para que les ayude en sus actividades de búsqueda.

Al memento de la entrega, surgió la información que en la ciudad de Mexicali un colectivo de búsqueda localizó el cuerpo de una persona enterrada.

Los colectivos de búsqueda ocupan de voluntad política para resolver un fenómeno que ha crecido indiscriminadamente, coordinación entre instituciones para cruzar información veraz y oportuna, sin tanta burocracia y demagogia y transparencia de los recursos que ya existen pero no se aterriza a los grupos de búsqueda.

*El autor es Coordinador del Área Pericial del Instituto INJUS.