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Amenazado

El día 23 de abril del presente año, al estar caminando por mi banqueta, escuché gritos violentos, por lo que miré hacia atrás y me di cuenta de que estaban dirigidos hacia mi persona.

Por el derecho a la libertad de expresión.

El día 23 de abril del presente año, al estar caminando por mi banqueta, escuché gritos violentos, por lo que miré hacia atrás y me di cuenta de que estaban dirigidos hacia mi persona. Quién los emitía era mi vecino, el policía municipal de Tecate, Alfredo Flores, que muy molesto me preguntaba - ¿Por qué volteaste para mi casa, hijo de p…? yo, sin saber de qué se trataba, lo miraba perplejo sin contestarle. Él siguió gritando palabras soeces, pero como no respondí a su provocación, cerró su agresión diciéndome: -Te voy a desaparecer hijo de p…! Fue cuando comprendí que no solo había perdido el control mi vecino, sino que se dejó llevar por el coraje. También supe que yo estaba en un riesgo grave.

Esta situación sumamente peligrosa para mi persona, mi familia y mi propiedad, es el resultado de una reacción en cadena de una serie de acontecimientos. De manera constante y muy frecuente, mi vecino acostumbra a poner música a todo volumen invadiendo la tranquilidad de nuestros hogares, y el derecho que tenemos al descanso. Por consiguiente, los vecinos nos organizamos y hemos presentado una serie de oficios en varias administraciones municipales, dirigidas a los alcaldes y a los síndicos procuradores, para que ellos, utilizando las herramientas legales, disciplinen a esta persona. Las autoridades no nos han tomado en cuenta y el problema ya es añejo. Sin embargo, esta semana Darío Benitez, Presidente Municipal, y la maestra Elsa Macías, Secretaria de Seguridad Ciudadana, actuaron correctamente y lo obligaron a bajarle el volumen.

Como lo hicieron perder el coto de poder que ejercía, el coraje lo llevó a lanzarme esa seria amenaza. Por supuesto que me asustó y el impacto en mi persona fue devastador. Los que ejercemos la profesión de periodistas o columnistas en periódicos, y que emitimos opiniones sobre la corrupción gubernamental, el crimen organizado, o como en este caso, contra sujetos que atentan contra nuestros Derechos Humanos, estamos en alto riesgo de agresiones fatales. Eso le sucedió a Lourdes Maldonado y a Margarito Acosta acribillados cobardemente. Aunque estoy convencido de que nada detendrá a quién está decidido a eliminarme, interpuse una denuncia por agresiones ante la Fiscalía General de Justicia, ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos y ante la Sindicatura Municipal. Por cualquier cosa que me suceda ya hay alguien a quien investigar.

Esta situación que me tiene apesadumbrado no es culpa exclusiva de mi vecino. Es la acumulación de fuerza que se ha venido dando con las quejas por escrito, con las llamadas al C4, que no tuvieron ninguna repercusión, con los oficios dirigidos a las autoridades gubernamentales que nunca han sido respondidos ni por escrito, ni con acciones. Esto lo entendió el policía, supo que tenía poder de facto y lo ejerció durante años.

El ruido implacable de la música con volumen estruendoso es un suplicio que sufrimos muchas personas. El valemadrismo, es una actitud irreverente de los funcionarios públicos encargados de sancionar a quienes, de manera desconsiderada, nos atormentan día y noche. La impunidad es un mal con el cual lidiamos día tras día. Cuando la impunidad está asociada con agentes policíacos que ejercen el poder para beneficio propio, entonces sabemos que estamos viviendo una época de decadencia, de falta de valores, de inequidad en la justicia social y de la existencia efectiva de personas con poderes individuales extraordinarios. Vale.

*El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC

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