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Adaptarse a la transexualidad

Difícil y arriesgado es analizar con objetividad el tema de la transexualidad. Sin embargo, observo una especie de moda, quizá morbo, sobre personas transexuales famosas, políticos, actores, etcétera.

Difícil y arriesgado es analizar con objetividad el tema de la transexualidad. Sin embargo, observo una especie de moda, quizá morbo, sobre personas transexuales famosas, políticos, actores, etcétera. Si algo le sucede a una persona transexual, puede ser noticia simplemente por serlo, un lío amoroso, un pleito, un éxito, un accidente. Recientemente el caso Wendy Guevara me llamó la atención, así como los políticos trans. Máxime con el comentario del presidente que dijo haber besado a un señor vestido de mujer, y se vio obligado a ofrecer disculpas y corregir diciendo que el amor no tiene sexo y está por encima de todos como la libertad, pero no usó términos asociados a LGBTTTIQ. Transgénero o transexual son los términos políticamente correctos hoy en día, otra cosa es sentida como odio. El asunto es realmente complejo y con muchas aristas, esencialmente biológico con consecuencias individuales y sociales. Hoy en día está muy bien calificada una reunión que incluya a alguna persona vestida como su sexo biológico opuesto, antes era escandaloso. Bien por la tolerancia, cuidado con la normalización. Menos del 1% de la población tiene realmente esa condición, pero estadísticas llegan al 5% ya que existe mucho efecto de copia. Más mujeres, que hombres, tendrán este efecto de copia pasajera. Existen quienes abusan de esta moda y hasta se visten propositivamente usando atuendos opuestos a su sexo biológico, Bad Bunny, por ejemplo. Nos toca ver a los psiquiatras muchas chicas, que, por presentar un trastorno, el de la personalidad límite, por ejemplo, pasan por fases donde se escudan en una posición homosexual pasajera, a veces transgénero. Gran pregunta es a partir de qué edad y con qué criterios debemos identificar a ese pequeño pero significativo grupo humano. Escuchar relatos infantiles sobre jugar simulando el sexo opuesto no son nada raros, pocos las mantienen a lo largo de su vida. Hay grupos sociales que lo elogia, apoya y toma como ejemplo, y otros que lo condenan a muerte. Algunos otros los transicionan desde menores como un derecho. En general la sociedad es tolerante por ser un grupo conocido desde que hay relatos históricos, hemos vivido con esas personas, llaman mucho la atención y unas pocas pasan por alto. Hoy en día es la forma más que el fondo, vivimos en una imposición del uso del género que la persona esté mostrando en su apariencia sin importar el cuerpo biológico. Son personas que sufren mucho, piensan en el suicidio más frecuentemente, y más lo hacen. Es una tortura tener un cuerpo con el que se siente ajenidad, enfrentar tanto rechazo, hasta con el espejo. Adaptarse a su existencia y no necesariamente ajustar toda la sociedad a esa singular condición, en esas estamos.

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