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AMLO y el pensamiento único

Las declaraciones desafortunadas del Presidente han calado en el ánimo de millones de universitarios, no solo a los de la UNAM, sino de todo el país.

Las declaraciones desafortunadas del Presidente han calado en el ánimo de millones de universitarios, no solo a los de la UNAM, sino de todo el país. Todos sectores sociales incluyendo a intelectuales, científicos y sobre todo de egresados de esa máxima casa de estudios que fueron descalificados por el presidente están alterados. AMLO arremetió contra la UNAM, “. declaró que las escuelas públicas incluyendo la UNAM, han perdido la esencia, se han vuelto individualistas y forman parte del neoliberalismo y defensora de proyectos neoliberales. La actitud del presidente denota el enojo porque los universitarios no han continuado con el apoyo a ciegas a todos sus “arrebatos” de política económica y de la 4T. En la UNAM y en todas las universidades públicas del país, prevalece la diversidad de ideas, libertad de pensamiento, el rechazo a dogmas, fanatismos, está en contra del pensamiento único y del adoctrinamiento político que es la parte esencial del proyecto obradorista. Muchos gobernantes del pasado y del presente han pretendido apoderase de las universidades públicas, la tentación de controlar la educación no es nueva. Siempre ha habido sujetos que han querido imponer un “pensamiento único” que les reditué a futuro. El grupo político que logre controlar la educación sojuzgará a las próximas generaciones. “un proyecto educativo es un proyecto político”.

La universidad es el espacio educativo donde se “reproducen y transfiere” la cultura para las nuevas generaciones de ciudadanos. La educación pública en todas sus modalidades ha contribuido al desarrollo económico, político, social y cultural en todo el mundo y no se diga en nuestro país. Gracias a los precursores que impulsaron la creación de las universidades públicas y establecieron un “modelo autónomo” al margen de ideologías, de religión y de grupos fácticos que han visto un “filón de oro” en la educación. La tentación por controlar el conocimiento y la investigación científica es permanente, los políticos no han abandonado su “obstinación” por querer controlarla. Gracias al régimen autónomo que impide que fuerzas extrañas de cualquier índole intenten controlar e imponer en ella un “pensamiento único”. La autonomía universitaria permite, además, que se autogobierne, que sean los propios universitarios los que designen a sus autoridades y que rindan cuentas a la máxima autoridad que es el consejo universitario.

La universidad es universalidad de pensamiento, allí se enseñan todas las teorías en boga, el estado del arte de muchas disciplinas científicas y la “crítica” forma parte del proceso en la búsqueda de la verdad que contribuya al bienestar social. El debate de hipótesis y teorías es permanente. El respeto a la diversidad es inquebrantable, se toleran todas las posturas dogmáticas y políticas, no existe un pensamiento único a pesar de que algunos partidos políticos han intentado adueñarse de ella. El modelo autónomo ha funcionado con buenos resultados desde 1929 cuando siendo presidente de la república Emilio Portes Gil quien publicó el decreto para fundar la UNAM y evitar injerencia externa al quehacer universitario. Sus funciones sustantivas han sido garantía, así como la libertad de cátedra dan muestra de cómo sus egresados han permeado todo el entramado social de México y han contribuido considerablemente al crecimiento económico y social del país. La universidad el “templo del saber”, del conocimiento, es, además, donde se reproduce la cultura, la ideología, la ciencia y el conocimiento científico y se debate el estado del arte de todas las disciplinas científicas. Recoge así mismo el sentir de la sociedad, su función puede ser reproductora del “statu quo”, o ser revolucionaria y cambiar a la sociedad, incluso “cuestionar al estado”, “al poder constituido” y a los malos gobiernos. La “esencia” de la universidad es la “critica” la diversidad y la pluralidad, es la “síntesis dialéctica” de la diversidad cultural, política y social. La universidad constituye la “unidad de lo diverso”, pero también es el “espejo” de lo que sucede en la sociedad, de ella se nutre y regresa a ella con soluciones para transformarla. Si la sociedad es diversa y plural, como se atreve un exalumno que tardó 14 años en titularse en intentar imponer un “pensamiento único”. En la universidad el espacio y el tiempo está por encima de los individuos. Los hombres somos transitorios, en cambio la institución permanecerá “incólume” ante los embates de los sedicentes dictadores y autócratas.

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