A 250 años de la expulsión de los jesuitas

“Un hombre sin ética es una bestia salvaje soltada a este mundo.”

Albert Camus

Se dice que la expulsión inició el 2 de abril de 1767, cuando los jesuitas asentados en España fueron expulsados. Varias crónicas revelan que fue de madrugada y a la misma hora la fuerza pública entró en todos sus conventos y fueron trasladados a barcos que los llevarían a Italia. Este mismo ejercicio se replicó en las diferentes colonias españolas de América entre julio de 1767 y agosto de 1768, concluyendo en 1769. El motivo no queda claro, pero oficialmente se dice que el rey Carlos III tomó esa decisión, a propuesta de su ministro Campomanes, en virtud de que varios integrantes de la Compañía de Jesus se les atribuye haber propiciado el denominado Motín de Esquilache, en el que murieron cuarenta civiles bajo las balas de la guardia real. Sin embargo, la causa de fondo se comenta, fue la influencia tan grande que esta congregación iba ganando, sobre todo en el Nuevo Mundo, en donde tuvieron mucho que ver con la evangelización de sus habitantes y la manera como defendían a los indígenas de los abusos de los caciques españoles.

Años después de la expulsión, el papa Clemente XIV, en 1773 suprimió la Compañía en todo el mundo, influenciado por las grandes potencias europeas. El General del Orden en esa época, Lorenzo Ricci, fue hecho prisionero en el Castillo de Sant Angelo hasta su muerte en 1775. Hasta ese año había cerca de 23.000 jesuitas, dirigiendo 700 colegios, los cuales fueron cerrados y sus bienes confiscados

La Compañía de Jesús nació en 1540, en un momento difícil para la Iglesia católica; momento de grandes cambios en el mundo. Esta Congregación es fundada por el militar y religioso Ignacio de Loyola, con ideas modernas y renacentistas contrastando con el oscurantismo que padecía la Iglesia de ese tiempo. Los jesuitas nacen como un instrumento de la Contrarreforma para combatir la reforma protestante en toda Europa.

Los jesuitas, amantes del estudio y de la cultura, pronto se convertirían en los principales asesores de la Iglesia, lo cual provocó las envidias de los grupos conservadores de esos tiempos, hasta llegar a obligar al Rey de España a su expulsión de todas sus colonias.

En el momento de su expulsión, salen de España 2641 jesuitas y de las Indias 2630 y son desterrados a la isla de Córcega, otros escondidos en Prusia y Rusia y posteriormente en los Estados Pontificios, viviendo del dinero obtenido de la venta de sus bienes

Los jesuitas estuvieron dispersos durante cuarenta y un años. La orden fue restablecida por Pío VII el 7 de agosto de 1814, año en el que regresan a México.

En el caso de España fueron desterrados un par de veces más, en 1835, producto de un conflicto denominado de las guerras carlistas, y la última a raíz del anticlericalismo que se instauró en España con la Segunda República.

En Baja California tenemos un gran legado jesuita, pues en manos de Eusebio Kino y de Juan María de Salvatierra, se iniciaron las primeras misiones que más adelante continuarían los franciscanos y dominicos a la expulsión de los primeros.  

* El autor es asesor empresarial en cabildeo.