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200 años independientes

México ha vivido años de luchas armadas, luchas políticas, luchas sociales, luchas económicas, luchas intelectuales y de todas ellas ¿qué hemos aprendido y realmente hemos construido el país que soñaron nuestros antepasados que participaron en todas estas luchas?

México ha vivido años de luchas armadas, luchas políticas, luchas sociales, luchas económicas, luchas intelectuales y de todas ellas ¿qué hemos aprendido y realmente hemos construido el país que soñaron nuestros antepasados que participaron en todas estas luchas?

El próximo lunes 27 de septiembre se conmemoran 200 años de la Consumación de la Independencia, tras la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, encabezado por Agustín de Iturbide, el verdadero consumador.

México sigue teniendo diferencias de castas, como a principios del siglo XIX, no hemos logrado una unión, menos cuando nos han dividido entre liberales y conservadores, retornamos una y otra vez al principio de nuestro país, no hemos logrado entendernos, respetarnos y querernos como mexicanos.

Hace 200 años un hombre de tan sólo 38 años recién cumplidos consumó la Independencia del Imperio de México, así fue en 1821. El general, Agustín Cosme Damián de Iturbide y Arámburo Arregui Carrillo y Villaseñor. Por cierto los nombres de Cosme y Damián se los pusieron porque el día que nació, 27 de septiembre, se celebraba a estos santos, pero en el Concilio Ecuménico, pasaron la festividad al 26 de septiembre. De ahí que se dio el regalo de entrar a la Ciudad de México, siendo vitoriado por sus habitantes e ir al frente del Ejército Trigarante y firmar el acta de independencia del imperio mexicano tras 11 años de luchas.

Por cierto que en la novela histórica de Francisco Martín Moreno, “Arebatos Carnales II”, habla de la relación de Agustín de Iturbide con la Güera Rodríguez, importante personaje en la vida del general y por cierto, habla de que cuando entra el Ejército Trigarante a la Ciudad de México, Ituirbide desvía el contingente para pasar por la casa de su amante, La Güera Rodríguez, detiene la columna, baja del caballo, entra a la casa donde lo esperaba la imponente mujer, corta una rosa del jardín, subió la terraza y de rodillas le entregó la flor y una pluma de sus sombrero, después regresó, montó su caballo y prosiguió su camino. Un episodio romántico que tal vez no ocurrió así, pero Martín Moreno le imprime ese sabor picoso.

Hay muchos libros sobre Iturbide, les recomiendo “La otra historia de México, Hidalgo e Iturbide, La gloria y el olvido”, de Armando Fuentes Aguirre, CATÓN, quien habla de las peripecias del cura Miguel Hidalgo y las acciones de Agustín de Iturbide. Por cierto, Catón también recuerda ese pasaje de Iturbide donde al pasar el defile por la calle de la Profesa, la voz de mando de Iturbide hizo que se detuviera la columna, La Güera lo observaba desde un balcón, “Iturbide entonces, a la vista de todos, arrancó una de sus plumas del sombrero, y llamando a su ayudante de campo se la entregó al tiempo que le decía algo… Apresuradamente fue el ayudante y puso en mandos de la Güera el galardón. Tomó doña Ignacia aquel levísimo trofeo y con él se acarició el rostro… … y continuó el desfile”.

Iturbide a su llegada recibe las llaves de la ciudad y se dirige al palacio virreinal, donde se instaló en el balcón central junto con don Juan O’Donojú a presenciar el desfile del ejército de las Tres Garantías, cuatro horas duró el desfile. El sonar de las campanas de la Catedral y los adornos de los colores verde, blanco y rojo daban la bienvenida a los cientos de elementos que conformaban el ejército, de esta forma se consumaba la independencia de México, acto encabezado por un general que cumplía, ese día, 38 años de edad, Agustín de Iturbide.

*El autor es Periodista independiente.

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