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110 Años de la Decena Trágica

“Para hacer la paz se necesitan dos; pero para hacer la guerra basta con uno sólo.” Arthur Neville Chamberlain

Se trató de un auténtico golpe de estado del que fue objeto el presidente Francisco I. Madero el 9 de febrero de 1913 y que durante 10 días sumió a la capital de México en un auténtico baño de sangre.

La revuelta la organizaron los generales Manuel Mondragón y Gregorio Ruíz, quienes primeramente acuden a la Escuela Militar y al cuartel de Tacubaya, buscando liberar a Bernardo Reyes, preso en Tlatelolco, y a Félix Díaz, encarcelado en la penitenciaría de Lecumberri, ambos porfiristas, incluso Félix Díaz era pariente de Porfirio Díaz.

Se dice que contaron con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos, pues no coincidían cabalmente con las ideas de Madero en relación a los ferrocarriles y el petróleo.

El grupo disidente captura al ministro de Guerra, Gustavo A. Madero, hermano del presidente, a quien se dice que le sacan lo ojos

El grupo disidente, ahora dirigido por Bernardo Reyes y Félix Díaz, toman la Ciudadela que era un depósito de armas, con lo cual mejoran su posición frente al ejército.

El presidente Francisco I. Madero, al enterarse de los hechos, sale del Castillo de Chapultepec, escoltado por los cadetes del H. Colegio Militar y se dirigió a Palacio Nacional en lo que se conoce como la “Marcha de la Lealtad”. Lo acompañaba también el recién nombrado comandante militar de la plaza, Victoriano Huerta, en sustitución del herido general Villar, error que a la postre le costaría la vida al Presidente.

Mientras tanto el embajador estadounidense Henry Lane Wilson, buscó el apoyo de su presidente, William Howard Taft para desconocer al gobierno de Madero.

La lucha continuó y el 18 de febrero triunfaron los golpistas, siendo aprehendidos en Palacio Nacional

Francisco I. Madero y José María Pino Suárez. Se simuló una negociación con la intervención del embajador Wilson, en lo que se llamó el Pacto de la Embajada, por medio del cual se desconoció a Madero y Pino Suárez, y se estableció un gobierno provisional bajo el mando de Victoriano Huerta, pero para ello, era necesario que a la renuncia de Madero y de acuerdo a la Constitución, asumiera como presidente, el ministro de Relaciones Exteriores, Pedro Lascuráin, el cual nombró a Victoriano Huerta Secretario de Gobernación y de inmediato renunció al cargo, dejándole el paso libre al traidor de Huerta.

Con este movimiento, Lascuráin se convirtió en el presidente de México que menor tiempo ha tenido ese cargo, con escasos 45 minutos.

Finalmente, el 22 de febrero de 1913, fueron asesinados Madero y Pino Suárez.

Un mes más tarde, 26 de marzo, el gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, a través del Plan de Guadalupe, desconocía al gobierno golpista Huerta y se autonombró como el primer jefe del Ejército Constitucionalista. Este movimiento para derrocar a Huerta se extendió a los estados de Sonora, Chihuahua, Durango y Coahuila, uniéndose a este movimiento Pablo González, Álvaro Obregón y Francisco Villa, entre otros, con lo que, se obligaría a Huerta a renunciar en agosto de 1914, pero la mecha de la lucha armada, ya estaba encendida.

La “Decena Trágica”, junto con el inicio de la revolución en 1910, han sido los únicos golpes de estado que ha sufrido el país, el primero fue zanjado por el Presidente Díaz, quien para evitar mayores daños, decide renunciar, sin embargo el de 1913 se consuma generando muerte y destrucción.

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