Marta Espinós: "Tenemos que ir más allá del sentido del oído"
La pianista española conversó con FRONTERA durante su visita a San Diego

La pianista española conversó con FRONTERA durante su visita a San Diego | Abdiel Ortega
San Diego, CA.- Marta Espinós, sonriente, ecuánime, culta, es heredera del legado estilístico del maestro Joaquín Achúcarro, a quien reconoce como su mentor. Invitada por el Museo de Arte de San Diego para presentar Sorolla: Un imaginario musical, la pianista española conversó con FRONTERA sobre cómo ha forjado un sonido propio, la cultura española y el ambiente decolonial que se vive en todo el mundo, entre otros temas.
¿Qué hay del maestro Joaquín Achúcarro en tu forma de interpretar a los maestros del XIX y el XX?
Del maestro Achúcarro prácticamente lo he aprendido todo. Yo podría decir que una de las cosas más importantes es el sonido, el sonido de Joaquín, la proyección del sonido. Y yo creo que eso es muy importante precisamente para la música de esta época. Es decir, finales del siglo XIX, principios del XX, yo creo que estamos hablando del romanticismo, estos músicos son herederos del romanticismo, y esto se mezcla con el nacionalismo español, que bebe de todo ese folclore andaluz y no andaluz, de otras partes de España. Y todo eso es importante para un sonido que yo creo que he forjado en todos los años de estudio con Joaquín.

¿Cómo trasladar los colores, la luz o la factura de un pintor como Sorolla a tu forma de interpretar estas obras?
Una pregunta bastante compleja. Yo creo que como han visto este es un concierto que traza un paralelismo entre pintura y música. Yo creo que, para encontrar una paleta de colores, fíjate ya estoy hablando de colores. Los colores pertenecen al sentido de la vista, no del oído. Pero si queremos encontrar, es decir, los pianistas, los músicos, un vocabulario rico y completo, no podemos limitarnos a los adjetivos de un sonido.
Un sonido es fuerte, agudo, largo, corto, pero después puede ser oscuro, puede ser brillante; estamos hablando de vista, puede ser dulce, amargo, ya estamos hablando de gusto. Puede ser áspero, aterciopelado, aquí tenemos el tacto. Yo creo que para lograr todos estos colores tenemos que ir más allá del sentido del oído y abarcar otros estímulos sensoriales. Y eso enriquece la paleta de sonido. Por eso la comunicación entre las artes es tan enriquecedora también.
Durante siglos la música española viajó a América en los barcos y regresó transformada, creando formas musicales nuevas. ¿Te consideras embajadora de este legado, especialmente de los maestros españoles del nacionalismo de principios del XX?
Eso que dices, lo que llaman los cantos de ida y vuelta, que llevan un viaje de ida, de España aquí a las Américas, se enriquecieron con las músicas de aquí, pues volvieron. Yo creo que esto es muy importante porque al final no hay ninguna cultura que sea pura, todos tenemos esta mezcla enriquecedora y maravillosa y eso sin duda influenció muchísimo la música que ahora llamamos española.
Para mí es un placer, venir aquí, tocar esta música. Yo estudié en Dallas cuatro años y la verdad es que sí que me siento un poco embajadora de traer esta música aquí. Además, en el contexto de este museo estupendo que tiene una colección de obras importantes de arte español y más estos cuadros de Sorolla, que además subrayan este año especial que conmemoramos el centenario de su muerte.

En tu opinión ¿qué aporte destacarías, musicalmente, de España a la cultura mundial? ¿y que le sigue aportando
Yo creo que hay un momento de mucha... es un tema que también puede tener su polémica por el tema decolonial que hay ahora mismo. Yo creo que, a lo hecho pecho, que decimos en España, en el sentido de que fuera de polémicas de lo que fue el pasado, creo que tenemos un acervo cultural común. Somos hermanos de lengua también y esto hay que potenciarlo, porque al final es un ejemplo de este crisol cultural de enriquecimiento mutuo y de hermanamiento. Y esto es lo que debemos resaltar, yo creo.

Comentarios