Tijuana, ayer y hoy
Mucho se ha hablado de la matanza de Tlatelolco y en general del Movimiento Popular-Estudiantil del 68 (MPE) y de los movimientos juveniles que se produjeron en otros países. Pero poco de lo que pasaba en Tijuana. Recordarlo, nos ayuda a entender este fenómeno histórico. No se contaba con una prensa libre. Aquel que osara salir de control, era advertido por amenazas que sí se cumplían. Lo poco de lo que nos enterábamos del MPE, era a través de los activistas estudiantiles que visitaban nuestra ciudad y traían manifiestos del Consejo Nacional de Huelga (CNH). Debemos de entender, que el clima represivo se reproducía a nivel local. Gobernación, a través de la nefasta Dirección Federal de Seguridad, espiaba y tenía archivos personales de todos los líderes locales, políticos y sindicalistas. Lo mismo sucedía con las policías estatales y municipales y el Ejército. Vivíamos en un “estado policíaco” con control y espionaje político. El esquema de control se repetía en escuelas, sindicatos, medios de comunicación y empresas. Todo eso no impedía que los estudiantes, alentados por líderes de izquierda así como maestros y grupos sindicales no controlados y asociaciones de padres de familia, se manifestaran solidarios con el Movimiento. Un servidor en esos tiempos, pertenecía a un grupo de Poesía Coral que en donde se presentaba, interpretaba poemas de contenido social y de protesta solidaria con los estudiantes y el MPE y el CNH. En ese año del 68, tres acontecimientos signaron la vida de muchos tijuanenses: en mayo, se realizó EL Congreso Magisterial de la Sección 37 en Tecate. El movimiento Democrático del Magisterio, después de una larga lucha presentó como candidato a Secretario General al Profr. Tijuanense-Terrisureño Antonio Salvatierra y 31 votos asegurados (de 60 delegados). El, tristemente célebre Carlos Jongitud, controló el congreso con triquiñuelas, impuso a Chema Márquez, candidato oficial. En junio, se celebraron elecciones para munícipes y diputaos locales. En un largo día que se prolongó hasta amanecer del siguiente, el PAN ganó la mayoría de casillas en proporción de 3 a 1. Hubo secuestro de ánforas que luego serían adulteradas en las instalaciones del PRI, lo cual me consta, pues durante la noche visité muchas casillas y vi cómo las urnas llegaban a las oficinas del PRI, para ser adulteradas. El resultado final, pese a las protestas de los panistas y el pueblo, fue la anulación de las elecciones municipales y se nombró un “ Concejo”. Finalmente, el 4 de octubre estudiantes y maestros pretendimos realizar una marcha y en la avenida Revolución. Ese día, se encontraban desplegadas, todas las fuerzas de seguridad existentes y el Comandante del V Batallón de infantería coronel Garduño Cañizales, nos dijo amablemente: “jóvenes, les pido que comprendan, tengo órdenes de evitar esta marcha, a como dé lugar… obviamente, la marcha no se hizo. * El autor es catedrático de la Universidad de Tijuana, Cronista de la ciudad.
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