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Lex Tributum

“Los solteros ricos deberían de pagar más impuestos, no es justo que unos sean más felices que otros” Oscar Wilde Al igual que muchos maridos, he sido obligado a ver todos los domingos la nueva serie de televisión de Luis Miguel, la cual sin duda alguna ha estado en boca de todos y ha producido muchos memes y hasta camisas en contra de Luisito Rey, sin embargo la presente columna no versará en cuanto a los sucesos ocurridos en la misma, sino a un tema en particular que pocos conocen y que muchos artistas han incurrido es el caso del delito de defraudación fiscal. La lista de artistas que han incurrido en el delito de defraudación fiscal es bastante amplia, empezando desde el propio Luis Miguel, pasando por Juan Gabriel, Paquita la del Barrio, Paulina Rubio, Belinda, Lupita D´ Alessio, entre otros, pero ¿por qué el SAT se ha empeñado en ir tras los artistas? Si bien es cierto hemos visto a través de los años que existen artistas que fueron encarcelados y que verdaderamente no debían tanto dinero (no es el caso de Luis Miguel, pues al parecer él debía 20 millones de dólares) lo que sí es cierto es que la política que tenía anteriormente el brazo fiscalizador de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público era el de ejercer actos de ejemplaridad y sin duda alguna los artistas siempre han servido de buen ejemplo. Así las cosas, es por ello que la autoridad fiscal se ha empeñado en siempre acogerse de artistas para sus campañas publicitarias, así como para actos de ejemplaridad, como lo es el caso de la Banda El Recodo, que en ejercicios fiscales pasados hasta realizó una canción para el pago de la declaración anual ¿Pago en especie, quizás? Eso solo los artistas y el SAT lo sabrán. En dicho orden de ideas, tal y como se comentó con anterioridad la autoridad buscaba ejercer actos de ejemplaridad, tales como sacar en televisión que un artista o empresario famoso fue detenido por el delito de defraudación fiscal, sin embargo desde hace unos ejercicios fiscales la política de la fiscalizadora cambió, toda vez que se percató que dichos artistas o empresarios exitosos tenían un séquito de abogados y asesores que los podían poner rápido en libertad y evitar el pago de los supuestos impuestos omitidos (cabe señalar que el delito de defraudación fiscal es sumamente difícil de probar), hecho por el cual decidió irse tras los EFOS (Empresas Facturadoras de Operaciones Simuladas) y los EDOS (Empresas que Deducen Operaciones Simuladas), conocidas en el mundo fiscal como los “vende facturas o outsourcing para efectos fiscales” y “aquellas empresas que deducen las facturas apócrifas o compran facturas”, en vista de que en la Reforma Fiscal de 2014 se reformó el Código Fiscal de la Federación, dando vida al artículo 69-B de dicho ordenamiento, el cual ha sido una gran herramienta para detectar y rechazar a los emisores de dichas facturas y para quienes le están dando efectos fiscales (deduciendo), hecho por el cual hay que estar muy pendientes de no caer en ninguno de dichos supuestos, pues la política de la autoridad fiscal ha cambiado y ha girado órdenes de visita domiciliaria y requerimientos de información a diestra y siniestra para quienes hayan incurrido en tales situaciones. *El autor es abogado fiscalista.

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