Jaque Mate
"Quienes no quieren la consulta ciudadana del Nuevo Aeropuerto Internacional de México están acostumbrados al autoritarismo." Andrés Manuel López Obrador Un amigo, abogado, me pregunta: "Hola querido Sergio. ¿Tiene algún caso ir a votar o es perder el tiempo?" Mi respuesta: "Seguramente es perder el tiempo, pero yo voy a ir a perderlo." No me hago ilusiones. La consulta no está diseñada para ofrecer una oportunidad equitativa para que la población exprese su punto de vista sobre un tema de importancia nacional. Está hecha para favorecer la posición del futuro presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien desde que era jefe de gobierno de la Ciudad de México rechazó Texcoco como posible sede del nuevo aeropuerto. El Reforma publicó el 18 de octubre un estudio, elaborado por Lorena Becerra y Joaquín Zambrano, que muestra que la selección de lugares para colocar las mesas de votación se concentra en municipios que votaron de manera más cuantiosa por López Obrador. El Financiero dio a conocer el 23 de octubre un trabajo que señala que, aun cuando el 53 por ciento de la gente apoya continuar la construcción del aeropuerto de Texcoco, la redacción de la consulta promueve un resultado favorable a la preferencia del presidente electo: reacondicionar el actual AICM y el aeropuerto de Toluca y construir dos pistas en la base aérea de Santa Lucía. Isaac Katz, el economista del ITAM, comentaba en Twitter: "Curioso, pero no van a poner ninguna mesa en Polanco, Lomas de Chapultepec, Tecamachalco e Interlomas, colonias donde habitan individuos que son intensivos usuarios del aeropuerto. ¿Por qué será?" El periodista Pascal Beltrán del Río respondió: "Y 18 mesas de votación en Tabasco contra 16 en la Ciudad de México. ¿Cómo se puede justificar eso?" López Obrador ha impulsado la polémica sobre el aeropuerto con el propósito de generar una mayor participación en la consulta. Por eso el ejercicio se alargará cuatro días, desde este 25 hasta el domingo 28 de octubre. Aun así, el número de ciudadanos que acudir a votar será muy pequeño en comparación con el padrón de electores. Se van a imprimir entre 500 mil y un millón de boletas; no se ha dado a conocer un número exacto, ni algún mecanismo para evitar falsificaciones, pero son muy pocas boletas para un padrón de más de 90 millones de electores. Habrá, por otra parte, mil 73 mesas de recepción de votos, contra 156 mil en una elección general. Esto hará mucho más vulnerable la consulta a los acarreos de votantes. El ejercicio es organizado y los votos serán contados por simpatizantes de Morena. Si un gobierno del PRI o del PAN hubiera organizado una votación tan cuestionable, López Obrador habría protestado. y con razón. La consulta busca justificar la opción del presidente electo. Por eso la cancelación del aeropuerto de Texcoco es la única decisión gubernamental hasta ahora sometida a una consulta. Ni el Tren Maya ni la desconcentración de la administración pública lo serán. La cancelación del nuevo aeropuerto es también la promesa de campaña de López Obrador más cuestionada por los ciudadanos. Por eso esta consulta amañada. ¿Para qué perder el tiempo, entonces, yendo a votar? Quizá porque es importante reducir al máximo posible la manipulación. La decisión de un nuevo aeropuerto no se debería tomar en una consulta; pero como ya nos encontramos en medio de esta maniobra política, lo mejor es expresar nuestro punto de vista para reducir la influencia de los activistas y acarreados que buscarán convertir el proceso en respaldo a una decisión política para un tema técnico. Sin crisis La cancelación del aeropuerto de Texcoco no va a provocar una devaluación del peso ni una crisis financiera, pero sí introducirá un factor de incertidumbre a los inversionistas de México y el mundo ante el nuevo gobierno y puede subir las tasas de interés. El autor es periodista y analista político/ comentarista de televisión.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí