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México ha sufrido un fuerte golpe, otro más a la credibilidad de las instituciones, pero muy duro, y otra amenaza pesa sobre la desgastada palabra "justicia" y la enorme palabra "impunidad". Y si de algo nos podemos quejar abiertamente en este país e incluso responsabilizar en buena parte porqué no hemos podido salir del tercer mundo es por esto mismo, la impunidad que existe en la nación es espeluznante, sobre todo con políticos, gobernantes y delincuentes de cuello blanco. Esta semana dos casos sacudieron las redes sociales: Elba Esther Gordillo y el ladrón de Marinela. Parece una broma de mal gusto establecer una comparación entre los dos personajes, pero el efecto causado en la ciudadanía no es para nada una broma. Elba Esther Gordillo, libre, rejuvenecida y triunfal anunció su regreso y hasta se ufanó de pedirle perdón a los maestros que "sufrieron" por su ausencia. Inclusive "la Maestra" tuvo el “tino” de salir en su primer evento público el lunes que iniciaron las clases en todo el país. Paralelo a ello, un repartidor de Bimbo fue detenido, despedido y exhibido, claro que bien merecido lo tiene, pero la forma en cómo se dieron las cosas causó un desagradable sabor en la población. Para unos, los pobres más que nada, la justicia es rápida y contundente, incluso hasta cruel, pero los de la clase poderosa, entre ellos líderes sindicales como Elba Esther, solo pisan la cárcel por venganza política y muy pocas veces acaban recibiendo justicia. Elba Esther fue exonerada con argumentos absurdos que conocedores de la ley ven como "puertas abiertas" a propósito para que sucediera lo que todo mexicano no deseaba, dejar libre a la ex lideresa. ¿Quién puede creer que su madre siendo maestra rural le dejó semejante fortuna? Será muy legal el caso de su liberación, pero nada creíble. Estamos en un país que hace senadores o diputados casi vitalicios a líderes como Romero Deschamps, familiares de Elba Esther, Napoleón Gómez Urrutia y otros perseguidos por la ley por conductas cuestionables. En México llegamos al grado de que Javier Duarte podría quedar libre. La PGR dijo haberse quedado sin herramientas para acusarlo de delitos graves. El villano favorito del país las ha ido ganando, mientras su esposa sigue creyendo que merece todo sin rendir cuentas al Estado que saquearon descaradamente. Ni por qué inyectaron agua a niños con cáncer en lugar de quimioterapias. Haciendo un recuento de ex gobernadores procesados, nos damos cuenta de que solo aquellos buscados por la justicia de EU pagan caro sus conductas. Entonces, si robas, desvías y te vuelves rico con dinero ajeno, puedes librar la cárcel, siempre y cuando los "gringos" no te busquen. ¡¡¡¡Maldita impunidad!!!!, ese es el sabor que nos dejan Elba, Duarte y Karime Macías. Somos el país donde todo se puede, donde tristemente, no pasa nada siempre y cuando tengas el dinero suficiente y los padrinos indicados. ¿Qué más falta? ¿Bejarano como auditor? *El autor es periodista con 25 años de carrera, ha encabezado noticieros en la televisión internacional; ganó el premio Nacional de Periodismo y ha sido académico.

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