En la red
Es alarmante lo que sucede en Tijuana con el relleno sanitario de “El Jibarito”. Un vertedero de desechos plagado de tantas irregularidades, que su operación es más sucia que la basura misma que maneja. Leyendo un resumen de las anomalías, donde varias de ellas ponen en riesgo la vida de miles, me asalta la pregunta: ¿Cómo es posible que siga operando? ¿Por qué el gobierno lo permite? En la actualidad, Eco Waste (la empresa que lo maneja) no ha cumplido con las normas del endeble permiso que el gobierno estatal le otorgó para operar, mientras que los gobiernos federal y municipal no se ponen de acuerdo sobre el funcionamiento de este sitio. Luego de leer el análisis de anomalías, he resumido lo más alarmante, sobre todo que trae afectaciones directas a la población: Primero: El Gobierno del Estado le otorgó un permiso a pesar de estar declarado como un relleno con vida útil acabada. ¿Por qué? Segundo: No ha cumplido con los permisos municipales y de bomberos a meses de terminado el plazo para su entrega. ¿Cuánto dura abierto un comercio normal sin estos permisos? Tercero: Viola la norma de seguridad aérea al estar a menos metros de lo establecido como distancia mínima de un aeropuerto. Alerta, posible tragedia. Cuarto: Viola la norma federal que marca una distancia mínima del trazo urbano. Y aún siguen arrojando miles de toneladas de basura. Quinto: Viola la norma federal sobre la distancia mínima de un paso de agua. Del agua que tomamos. Sexto: Denuncias de gente cercana establecen que sí recibe basura orgánica, cosa que no tiene autorizado. ¿Quién vigila? Séptimo: Las denuncias también señalan sospechoso manejo de desechos peligrosos, violando leyes federales. ¿Qué esperan? Eco Waste ondea su permiso estatal cuando ha sido cuestionada, pero claramente el permiso fue otorgado fuera de norma y esa misma autorización ya fue violada, pero no hay sanciones. Lo más grave de esto: la serie de enfermedades que han sido denunciadas valerosamente por un pastor: niños que nacen enfermos y otros más que necesitan atención médica con alarmante recurrencia, síntomas de graves enfermedades, ellos se encuentran solos, sin ningún tipo de ayuda. Como dice tristemente la frase: “Solo en México”. Un tanto alejado del ojo de la ciudadanía y resguardado por bardas perimetrales, opera el viejo relleno que tiene depósitos de gas metano por las toneladas de basura enterrada y sigue en aumento. Eco Waste funciona con un permiso estatal para “desechos de manejo especial” pero ahí tiran de todo, según se puede ver en los camiones que desfilan todo el día. Espero que las denuncias lleguen a oídos del Gobernador, para que sepa que alguien de su organigrama firmó un permiso que simplemente debe ser revocado. Una juez administrativa tristemente célebre los protege amparados de una clausura municipal. “El Jibarito” es un homenaje a la contaminación y malos manejos, pero también a la corrupción e impunidad, sus efectos los pagan los más desprotegidos. Lejos de tratarse un asunto político o comercial, es simplemente un problema ambiental y de salud pública, grave y desatendido. Empresarios vinculados a altos organismos empresariales los defienden, pero sospechosamente estos personajes se dedican a tirar basura de todo tipo. Niños enfermos sin atención merecen ser escuchados, la palabra la tiene el gobierno estatal que mantiene agarrado con una firma, el sucio relleno de “El Jibarito”. *El autor es periodista con 25 años de carrera, ha encabezado noticieros en la televisión internacional; ganó el premio Nacional de Periodismo y ha sido académico.
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