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Me resultad difícil creer que el sistema se rinda ante la inminente llegada de AMLO al poder, tomando en cuenta que las encuestas lo ponen rasguñando los 50 puntos, donde “casi casi” es invencible. Expertos en política y personajes cercanos a los círculos del poder advierten la posibilidad de un acuerdo PRI-PAN como una manera desesperada de evitar la entrega del gobierno a López Obrador. La razón: que aquellos asentados en el poder, más allá de partidos políticos y con mucho poder adquisitivo, están aterrados por la inminente llegada del tabasqueño; y al grito de “¡háganlo ya!”, exigen que los partidos a su servicio se pongan de acuerdo. Inclusive se dice que ese fue el verdadero motivo de la famosa fiesta de cumpleaños del ex presidente Carlos Salinas, donde hace unas semanas personajes de varios colores compartieron el pan y la sal en la mesa. Soy de los que piensan que el debate fue ganado por Anaya, coincidiendo con muchos ojos de los analistas. A pesar de ello a AMLO “ni lo despeinaron”, pues millones de electores ya no miran ni al PRI y ni al PAN como opción para gobernar y quieren un cambio a costa de lo que sea. Pero entonces… ¿se podrían aliar contra el tabasqueño? Muchos creen que sí, pero tampoco es algo fácil. Está claro que al momento, sólo Anaya podría alcanzarlo, Meade más que aspirar a ganar, debe cuidar no caer más allá del tercer puesto. No obstante, el priista vestido de ciudadano es quien tiene de su lado a los principales grupos políticos y económicos del poder, empezando con los republicanos del ala de Donald Trump; del gobierno del presidente Peña; el que encabeza Carlos Slim o el de Atlacomulco; y otros tantos que perderían todos sus privilegios si llega López Obrador. Los golpes contra Anaya no cesan desde Los Pinos, dicen que para lograr que el azul sea quien se baje; mientras que el panista se defiende y pega duro también al PRI-gobierno para que sean estos quienes “bajen” a Meade. No sólo hay preocupación en el sistema por la llegada de AMLO, también se ve que el Congreso de la Unión se pintaría de Morena y aliados, haciendo del tabasqueño un súper presidente con poder ilimitado, lo que en una democracia es riesgoso. PRI-PAN no han podido contra esa fuerza emocional que despertó AMLO, y solos no creo que puedan, quedan dos debates y el daño contra Andrés no será catastrófico para él, por mucho que lo ataquen. Volviendo al punto… ¿se aliarán las fuerzas prianistas? Difícil respuesta. Meade lucha contra su imagen que nunca pegó, aunado a la desaprobación presidencial, Anaya va contra los golpes del sistema… pero ambos van contra López Obrador. Sigo pensando que debemos esperar una jugada maestra, no sé si va a dar resultados, pero llegará. Y cuando digo maestra, es porque el sistema la considerará así, nosotros por fuera la veríamos como su última carta, antes de que AMLO sea inalcanzable. El presidente Peña Nieto se equivocó con Meade, desde Los Pinos puede gestarse ese movimiento maestro o desesperado para enmendar el error, para ellos nada es peor que la victoria del tabasqueño. Calculo que después del debate del 20 de mayo en Tijuana debemos esperar cualquier cosa. Cuando digo cualquiera, me refiero hasta una alianza no sólo de facto, todos contra AMLO. *El autor es periodista con 25 años de carrera, ha encabezado noticieros en la televisión internacional; ganó el premio Nacional de Periodismo y ha sido académico.

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